PIDIENDO PERDÓN POR MURMURAR
Señor, te alabamos y te bendecimos. Gracias, Jesús por dejar con nosotros al Espíritu Santo para que fuera nuestro Consolador y nuestro Consejero.
Hoy, nos arrepentimos por hablar mal de nuestras autoridades y de nuestro país. Señor, perdónanos porque nosotros mismos hemos dejado vacantes nuestros puestos como vigías para estar con el resto del pueblo, perdiendo de vista parte de Tu propósito para nuestra vida. Nacimos en este tiempo y en este país, nos atrajiste hacia Ti en este tiempo porque deseas que formemos parte de Tu plan para esta nación. Perdónanos por desperdiciar el tiempo afanándonos por lo que nuestros sentidos naturales perciben. Ayúdanos a poner nuestros ojos en Jesús para que con Tu poder y sabiduría podamos librar una batalla efectiva y trascendente por nuestro País.
Te pedimos que Tú soples aliento de vida a los corazones de los que piensan que ya no tienen fuerza para continuar orando. ¡Llénalos de poder, renueva sus fuerzas como las del búfalo, en el Nombre de Jesús! Es hermosa la heredad que nos ha tocado, gracias por este hermoso país.
Hoy decimos así: “Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? He aquí, el Cuerpo de Cristo , yo, he recibido orden de bendecir. Él dio bendición y no podré revocarla”.
El Señor tiene planes de bien , planes para darnos un futuro y una esperanza. Señor, Tú puedes abrir camino donde no lo hay, abre camino para nuestro país, por favor. Venimos ante Ti para buscar las sendas antiguas, para saber cuál es el buen camino y andar por él a fin de que hallemos descanso para nuestra alma. Ayúdanos a caminar en santidad y en perdón para alcanzar la gracia de Dios.
Conforme a la grandeza de Tu brazo, preserva a Tu pueblo. escucha: Si no te ayudara Jehová, pronto moraría tu alma en el silencio, pero he aquí que Él te sustenta y te hace saber el camino por donde andar. Él te enseña a hacer Su voluntad, porque Él es nuestro Dios; Su buen espíritu te guíe a tierra de rectitud. En el Nombre de Jesús, Amén.