No es tan difícil, recibir, como tener que recibir. Cuando nos vemos obligados a recibir un regalo, recordamos prontamente las palabras de nuestro Señor Jesucristo: Màs bienaventurada cosa es dar que recibir. “Entonces vemos que màs difícil tomar con gracia una demostración de bondad de nuestros amigos, que recibir la voluntad de Dios para nosotros y es más beneficiocio que dar. Debemos estar dispuestos, no solamente a servir, sino a ser servidos; no solamente llevar las cargas de los demás, sino a dejar que otros lleven las nuestras; no solamente a ministrar a los enfermos, sino también a ser ministrados; no solamente a dar, sino también a recibir. A veces es la voluntad de Dios que dejemos que otros hagan la voluntad de Dios, y que seamos por esta vez, la ocasión en vez de ser los autores del acto de bondad.
¿Cómo podría haber regalos, y servicios si nadie los recibe? Si alguien da, alguien tiene que recibir. Nosotros damos gozo al que da cuando somos recibidores agradecidos. De este modo, aunque parezca paradoja, el que recibe da. El que recibe con nobleza, da con nobleza.