Viernes, 7 de agosto de 2009
Vencer
Léase Apocalipsis 3.11-13
Pero en todo esto salimos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
-Romanos 8.37 (VPEE)
CON mis espada de madera y mi escopeta de tapones y con la imaginación de un niño, intentaba imitar a los héroes de las tirillas cómicas.
Escuché con curiosidad algo sobre el libro de Apocalipsis y me puse a leerlo. Llegué hasta el tercer capítulo. Mi infantil fantasía crecía más y más al comprobar que «al vencedor» se le premiaba siempre. «¿A quién hay que vencer?», le pregunté a un adulto. «¡Al pecado!», me respondió. Qué peligroso, pensé, tiene que ser enfrentarse a ese enemigo. Tendré que usar la espada, la escopeta y, si es preciso, mis puños.
Aquella palabra, «vencer», sigue aflorando en mi mente. Con el tiempo he llegado al convencimiento de que el más sutil de los enemigos es ése que, de mil formas, intenta enfriar o distraernos de la constancia en la oración, de la lectura y la meditación en la palabra de Dios, de asistir a la iglesia, de gozarnos en la alabanza y la adoración. Estemos en guardia ante ese invisible pero poderoso estratega que nos quiere disuadir. Mantengamos nuestra mirada en Cristo, de quien procede nuestra fe y quien la perfecciona.
Sr. Sergio Gómez (Alicante, España)
Oración:
Señor, danos el valor para mantener firme el estandarte de nuestra fe. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
Cristo nos llama a mantenernos firmes y fieles.
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OREMOS:
Por los creyentes bajo grandes tentaciones.