Caminen en la Luz.
Isaías 50:10-11
Ustedes que honran al Señor y escuchan la voz de su siervo: si caminan en la oscuridad, sin un rayo de luz, pongan su confianza en el Señor; apóyense en su Dios.
Una enfermedad terminal, la pérdida de un ser amado, la falta prolongada de trabajo, un asalto violento, vivir en medio de una guerra fraticida, un divorcio, la pobreza, la miseria, la soledad son causas poderosas que quitan la paz y hacen vivir al creyente como en medio de las tinieblas, como sin un rumbo seguro por donde ir.
Todos hemos vivido momentos así o más dramáticos, pero hay palabra de esperanza si quien las padece es creyente en Dios.
La lectura de hoy nos hace recordar el Salmo 23.
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno porque tú estarás conmigo.
Es la misma seguridad que nos da el profeta a todos los que “Ya no encontramos las puerta” por tantos males que nos persiguen:
“Si caminan en la oscuridad, sin un rayo de luz, pongan su confianza en el Señor; apóyense en su Dios”.
Señor cuando recibo estas palabras de aliento, mi corazón eleva esta canción, Cuán Grande es Él, cuán Grande y Fiel.
Gracias Dios, por tu consuelo y protección, gracias por la paz que tu me das.
Amén.
Dios les bendiga por siempre.
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