Sábado, 3 de octubre de 2009
Luz en las tinieblas
Léase Isaías 60.1-3
Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.
-Mateo 5.14 (NVI)
CADA verano, mi familia y yo viajamos a un centro de retiro en una isla en las afueras de la costa de Nueva Hampshire. Cada noche, realizamos un servicio en un pequeño templo de piedra que está situada en la cumbre de una colina en el centro de la isla. Nos reunimos en silencio en la falda de la colina, escuchando los sonidos y cuando ya es hora de entrar al servicio. Cada persona lleva una vela hacia el templo, que no tiene electricidad. A medida que subimos por el sendero rocoso y estrecho escuchamos los gritos de las focas, el chocar de las olas y el susurro del viento en el agua.
A medida que una persona tras otra sube la colina, una línea de velas gradualmente se extiende y crece, moviéndose en la oscuridad. la iglesia comienza a iluminarse a medida que las personas entran y sostienen sus velas.
Cuando veo una vela o una linterna, recuerdo que Jesús vino para ser la luz del mundo. Cada uno de nosotros/as lleva en sí mismo la luz de Dios, y puede irradiar esa luz hacia otras personas. Somos faros, invitando a otras personas a seguir a Jesús y a responder a la invitación de Dios a una nueva vida.
Sa. Susan J. Foster (Connecticut, EUA)
Oración:
Dios iluminador, permite que tu luz brille en nosotros/as de manera que otras personas puedan verte. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
Somos la luz de Dios, brillando para mostrar el camino hacia la vida.
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OREMOS:
Por las familias que están de vacaciones.