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De: María Elena  (Mensaje original) Enviado: 09/03/2010 05:37

9.jpg Rosa em fundo preto image by E_limara

DA CLIC MUSICAL.

 


Martes, 9 de marzo de 2010

«Aquí estoy; no te he dejado»

Léase Dutereonomio 4.29-32

Porque el Señor tu Dios es un Dios compasivo, que no te abandonará ni te destruirá...

-– Deuteronomio 4.31 (NVI)

EN los pocos momentos que estuve consciente, sentí la mano protectora del Señor y escuché su cálida voz: «Aquí estoy; no te he dejado». La fortaleza que le dio a mi familia era innegable. A pesar de la incertidumbre de mi mejoría, en todo podía ver la presencia de Dios.

El dolor físico, la debilidad por la sangre perdida y los procesos quirúrgicos me mantenían casi inconsciente. En la madrugada del tercer día, después de estar al borde de la muerte, mis venas dañadas por las 23 canalizaciones que me tuvieron que hacer, además de la herida, agudizaban mi dolor. Desesperada, clamé: «Señor, si tu voluntad es llevarme, por favor hazlo ya. No puedo soportar más.».

En ese momento entró a mi cuarto una enfermera. Me vio llorando, le mostré mis venas y me quitó la última canalización. Sentí paz y nuevamente escuché la cálida voz del Señor. A partir de ahí mi mejoría fue milagrosa. Aunque el dolor continúa, doy gracias a Dios porque me permitió superar esta prueba y me dió una nueva oportunidad de vivir. Dios nos da muestras de su presencia y de su amor en medio de toda dificultad.

Sra. Patricia Treviño de Robles Gil (Nuevo Laredo, México)

Oración:

Gracias, Padre, porque en medio de las pruebas puedo escucharte diciendo: «Aquí estoy; no te he dejado». Amén.

PENSAMIENTO PARA EL DÍA

Nunca te dejaré; jamás te abandonaré (Hebreos 13.5).

OREMOS:

Por alguien en estado crítico.

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