“Cuando el reloj milenial sonó midiendo el paso del tiempo en el planeta tierra, y entramos en el siglo XXI, todas las bases seguras de nuestras instituciones antiguas se desbarataron hasta el núcleo.
La llegada del terrorismo global, la incertidumbre económica y la inseguridad, alzas en los precios del petróleo y costos en los combustibles, conflictos étnicos, religiosos, culturales y raciales; concesiones políticas y diplomáticas; desintegración moral y social, aumento global en el temor humano, espíritu de desesperación en toda la tierra se ha vuelto una norma.” (Dr. Myles Munroe)
Este Dr. Hace mención de hechos ocurridos a nivel mundial y verdaderamente nosotros como humanos y cristianos debemos velar en oración como Jesús lo hizo: “… venga tu reino..”
Las naciones enteras necesitan urgente la luz y la vida del reino de Dios, el ejercer dominio del reino sobre la tierra es nuestro propósito y llamado colectivo como cristianos bajo la guía del Espíritu Santo.
Es mi convicción que la humanidad no puede resolver, los problemas autogenerados, cualquier ayuda eficaz para el mundo y su dificultad no puede venir del mundo mismo, necesitamos la ayuda de “otro mundo”.
Jesús en su oración al Padre Nuestro, hizo claro que existía ese “otro mundo” que puede indiscutiblemente, ayudarnos con nuestros problemas, pero nosotros estamos empeñados en tratar de resolver todo sólos como si no necesitáramos ayuda de Dios, ni de nadie.
Jesús dijo: “sin mi nada podéis hacer” (Juan 15:5)
La calidad de una nación está determinada por la calidad de su pueblo
¿no somos nosotros pueblo adquirido por Dios?
Si somos de Dios, somos nación Santa y si Dios es Rey somos linaje escogido, no para presumir u ocupar púlpitos diciendo palabras de humana sabiduría, sino para anunciar las VIRTUDES de nuestro Señor Jesucristo, quien nos llevó de tinieblas a Su luz admirable!
Si estamos ocupando un lugar en la iglesia y no estamos contando Quien es nuestro Dueño, raro será, que el mundo conozca el Reino, sus funciones y sus habitantes y sobre todo a Su Señor.
SIN Dios la tierra no hubiera existido, por tanto sin Dios la tierra no puede subsistir.
“hágase tu voluntad en el cielo como en la tierra..”
En el Nombre de Jesús. Amén.