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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: María Elena  (Mensaje original) Enviado: 28/04/2010 17:02




NUEVA YORK, 14/04/2010 (P. Primicias / ProtestanteDigital)


Sandra Pumarejo, dependienta de una joyería en Manhattan, perdió la vida asesinada por las puñaladas de David Andrango, compañero de trabajo que estaba robando joyas valoradas en diez mil
dólares. Condenado a cadena perpetua por el tribunal, recibió como
regalo una Biblia de parte del viudo, Noel Pumarejo, que invitó al
condenado a leerla porque «salvará tu alma». 

El asesino ha sido condenado a cadena perpetua en la Corte Criminal de Manhattan, un juicio al que asistió el viudo de la asesinada Sandra, Noel Pumarejo.


Noel, aunque deshecho durante el juicio, en vez de asumir la tradicional actitud de otros familiares de víctimas, que llegan a
insultar o a intentar agredir a los sentenciados en las cortes, regaló
la Biblia al asesino de su mujer.


«Acabo de leer esta Biblia que te estoy dando, este libro salvará tu alma. Dios te bendiga David», le dijo el viudo de la víctima al asesino
ante el asombro de todos los presentes, incluido el propio juez que le
impuso la condena al reo.


ASESINO ARREPENTIDO 
David Andrango la recibió entre sollozos incontenibles, y humillado delante de todos en un ambiente de silencio indescriptible.


Luego de escuchar la sentencia, el asesino dijo que es consciente de que nada le devolverá la vida a su víctima y señaló que no lo pensó
antes de actuar. «He perdido a mis hijos y mi familia, pero yo también
la tendré por siempre en mis oraciones», dijo el agresor. Todos lloraban
desconsoladamente en la corte.


«No puedo mirarlos a la cara, porque me da vergüenza», añadió. «Gracias por la Biblia, la leeré todo el tiempo y la llevaré conmigo»
finalizó Andrango.


HISTORIA DE UNA TRAGEDIA 
Fue hace tres años cuando el ecuatoriano David Andrango, de 32 años de edad, asesinó brutalmente a puñaladas a su compatriota Sandra
Pumarejo, después que ella le sorprendiese robando orfebrería en oro
valorada en 10.000 dólares en la joyería en la que ambos trabajaban.


El ahora condenado trabajaba como mensajero en el mismo establecimiento que la mujer, que al darse cuenta de la sustracción, y
ante la imposibilidad de devolver ya las joyas, le pidió a su compañero
que devolviera el dinero. Le propuso que lo hiciera a plazos y que ella
mientras no delataría el hueco en la contabilidad, sin denunciarlo a la
policía, siempre que fuese cubriendo su “deuda”. Después de pagar 400 de
los 10.000 dólares robados, Andrango decidió asesinarla.


UN MENSAJE DE PERDÓN 
Sandra y Noel Pumarejo estuvieron casados por 19 años y tienen una hija. El trabajaba en la limpieza de un hospital de Bronx; mientras que
su esposa ejercía como contable en la joyería Michael Dawkins de la
calle 65, el lugar donde fue asesinada.


Pumarejo contó también su historia, sobre cómo «Dios me había tocado» y había creído en el mensaje del Evangelio. «Sentí un dolor
punzante e irreparable en mi corazón el día de su muerte, pero Dios me
envió una señal diciéndome que ella está en el cielo y que un día
volveremos a estar juntos».


Por otra parte, explicó que no le importa la condena contra el asesino, sino que éste «también se convierta y sea salvo por Dios».

Fuente: P. Primicias. Edición: ProtestanteDigital.com.



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