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De: María Elena  (Mensaje original) Enviado: 13/07/2010 05:28

 

 

“Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú, y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia”. Deuteronomio 7:1, 2.

Moisés había guiado al pueblo de Israel a través del desierto por 40 años y ahora estaba preparándoles para cruzar el río Jordán a la tierra prometida de Canaán.

Como parte de esta preparación, Moisés le recordó a la gente de como Dios proveyó en todas sus necesidades y repasó las leyes según las cuales Dios esperaba que vivieran.

“Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado”. Deuteronomio 6:25.

El pueblo de Israel llegaría a tener una relación correcta con Dios en la manera en que le adoraran a él y obedecieran sus mandatos.

Pero, al entrar a la tierra prometida, habían enemigos que tenían que ser removidos.

Estos enemigos presentaban una amenaza real, pero el peligro de largo plazo amenazaba su supervivencia espiritual.

Dios quería destruir estos “Eos” completamente porque sus dioses mundanos distraerían constantemente los corazones de su gente escogida;

“Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos”. Deuteronomio 11:16.

Este puede ser un mensaje difícil con el ambiente político de hoy en día.

Pero hay una lección importante para cada uno de nosotros quienes desean una relación cercana con Dios.

Hoy tenemos un camino nuevo a la justicia.

“la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él… ”. Romanos 3:22.

Pero Dios todavía desea tener nuestro corazón entero y espera que nos apartemos de cualquier cosa que nos distraiga de una devoción libre y sin imposiciones.

De la manera que nos dirige a la tierra prometida de paz y descanso, siempre vendrán enemigos que nos incitan a descarriarnos del camino de Dios… muchas tentaciones que compiten por nuestro tiempo y pensamientos y por nuestra adoración.

Estos “Eos” aparecerán más fuerte que nuestra habilidad de conquistar, pero de la manera que seguimos con empeño detrás de Dios, el nos dará la victoria.

“Y Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante de ti”. Deuteronomio 7:22.

¿Cuáles son los enemigos que nos descarrían de la adoración de Dios?

¿Cuales adicciones, actividades, deseos, o temores están consumiendo nuestros corazones y deteniéndonos de estar enfocados en Jesús, impidiendo una relación más cerca con nuestro Padre celestial?

Determinémonos a poseer la tierra y dar completamente nuestros corazones a Dios.

Identifiquemos los enemigos que impiden nuestro caminar y sin misericordia, destruyamos completamente los “Eos”.

Amén.

 

 
 

“Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos”. Éxodo 14:14.

En la vida siempre va existir gente que trata de quitar la paz y el gozo.

Pero, tú puedes decidir en tomar otro camino y dejar que Dios pelee tus batallas.

Hay ocasiones que no importa que es lo digas o hagas, hay gente que no te va aceptar.

No quieren estar en paz contigo.

Jesús cuando mando a sus discípulos a ciertas casas, les dijo que siempre dieran paz a ese hogar y si no reciben la paz que ofrecieron, esa paz regresaría a ellos.

De la misma manera tú da paz a la gente y si no la reciben, se te regresa doble.

No solo recibes tu paz, también la parte de ellos.

Cuando haces lo correcto no importando lo que esta sucediendo, Dios lo ve y te recompensa.

Amén.

Dios Te Bendiga.

 

 
“… Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo”. Efesios 5:14.

La tónica de las iglesias actuales es el adormecimiento.

Estamos pasando por un período de embotamiento espiritual que es preocupante.

Sin embargo…

Es alentador pues el mismo Señor Jesucristo advirtió tales tiempos (Lucas 18:8).

No me refiero solamente a la inactividad de la iglesia, porque actualmente existe una cristiandad que si esta haciendo cosas, pero que más parece pretexto que voluntad de Dios.

Es una realidad indiscutible ver cada vez mas cristianos que desertan de las filas de Cristo y vuelven atrás tal cual como “Démas” que abandonó a Pablo amando mas este mundo (2 Timoteo 4:10).

Como alguien dijo por ahí, es el tiempo de los soldados de manteca, que a la primera prueba se derriten y desaparecen.

Es el tiempo de los “sibaritas” dominicales que solo buscan donde sentirse bien y al mas mínimo esfuerzo o situación incómoda, abandonan la iglesia.

Es el tiempo de los sensuales (Judas 19) que buscan lugares donde sentirse bien, sin mayor compromiso.

Ni muy adentro ni muy afuera.

Solo basta con una buena catarsis dominical utilizada como válvula de escape frente a las situaciones de la vida.

Este es el tiempo de los “Eutico”, aquel joven que se quedó dormido cuando Pablo predicaba su discurso que se alargó hasta la medianoche (Hechos 20:9).

Ciertamente este joven que estaba sentado en la ventana, tenía un oído en el mundo y el otro en la iglesia, un ojo en los placeres y vanagloria de la vida y el otro en la iglesia o un pensamiento santo y otro inmundo.

La tibieza espiritual puede llevarnos al sueño extremo y a azotarnos en el suelo.

Amados hermanos, sacudámonos el sopor, levantémonos y esperemos la fiel luz de Cristo que nos alumbrará y nos indicará que debemos hacer para su obra.

No dejemos solos a los hermanos que nos presiden y que se esfuerzan para que la obra crezca.

Amén.

Dios Te Bendiga.

 

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