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General: AGRADAR A DIOS
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: PEDRO PABLO 2  (Mensaje original) Enviado: 20/07/2010 03:26
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Agradar a Dios

 

"Al contrario, Dios nos probó y nos encargo el mensaje de salvación y así es como hablamos. No tratamos de agradar a la gente sino a Dios que examina nuestros corazones." 1 Tesalonicenses 2:4 "

 

Si había alguien que no tenía pelos en la lengua, ese era Pablo. Era una persona de lo más frontal. Nunca se guardaba nada y decía siempre lo que tenia que decir. No le importaba quien estaba delante. El siempre decía lo que tenia para decir.

Podía estar frente a los más sabios filósofos del areópago griego, o frente a importantes reyes o gobernadores, podía estar frente al carcelero que lo había torturado, o ante una turba enloquecida que quería matarlo, podía estar frente a paganos fanáticos o ante judíos más fanáticos, podía estar frente a los apóstoles en Jerusalén o ante hermanos desconocidos en alguna iglesia del Asia menor. Pero siempre Pablo decía lo que tenia que decir. Nunca se callaba y no cambiaba su mensaje.

Había algo especial en Pablo. El tenía la gran virtud de decir las verdades mas duras con la gracia para poder escucharlas. Esto no es muy común. Por lo general, nosotros decimos las cosas de mala manera. Lo decimos gritando, insultando o agrediendo. Lo decimos para lastimar, o con doble sentido.

Aunque digamos la verdad más segura y confirmada, aunque lo que digamos sea totalmente cierto y no pueda ser objetado, lo decimos de una manera que duele, y entonces no se escucha. La mejor de las verdades dicha de una mala manera no cambia nada. Porque quien recibe ese comentario, en lugar de escuchar el concepto que queremos decirle, esta demasiado preocupado, escuchando la manera en que lo decimos.

Pablo no tenia este problema. Aunque a veces era duro y frontal, como cuando reto a Pedro que se hacia el gentil y liberal con los gentiles, pero cuando llegaron los judíos se hacia el formal y estricto, Pablo no faltaba el respeto, ni agredía con sus palabras, aunque discutía.

El no buscaba agradar con lo que decía, pero tampoco lastimar. El no cambiaba el mensaje que tenia que exponer. No acomodaba la verdad al oído de quien escuchaba, no decía medias verdades, ni cambiaba alguna cosita para quedar bien. Pablo exponía todo el mensaje de Dios, si n agregar ni quitar nada.

Pero no agregaba sus opiniones personales, sabia que las palabras lastiman más que los cuchillos y que las heridas que provocan los labios tardan mucho más en curarse que las que producen las espadas.

Como para pensar de qué manera decimos las cosas. Si a veces cambiamos la Verdad de Dios para acomodarla según quien nos esta escuchando, para quedar bien, para no pasar vergüenza, para que no se burlen. O si cuando hablamos, lastimamos.

Hay palabras que curan y hay palabras que sanan. Que aprendamos a hablar para que cada vez que abramos la boca, digamos solo lo que Dios quiere que digamos, que no haya palabras de más ni palabras de menos. Que no busquemos quedar bien con el auditorio cambiando la verdad, y mucho menos, usemos la lengua para herir a nadie. Aprendamos de Pablo, que aunque no se callaba nunca de decir la verdad, tenía la gracia de no ofender ni lastimar a nadie con lo que decía.

Es lo que Dios espera de tí y de mí.

Agrada a Dios, habla bien.

 

 

 

Gracias a la hna. Silvia por el fondo
 
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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: María Elena Enviado: 22/07/2010 05:16


 
 
 
 










Agradar a Dios

 

"Al contrario, Dios nos probó y nos encargo el mensaje de salvación y así es como hablamos. No tratamos de agradar a la gente sino a Dios que examina nuestros corazones." 1 Tesalonicenses 2:4 "

 

Si había alguien que no tenía pelos en la lengua, ese era Pablo. Era una persona de lo más frontal. Nunca se guardaba nada y decía siempre lo que tenia que decir. No le importaba quien estaba delante. El siempre decía lo que tenia para decir.

Podía estar frente a los más sabios filósofos del areópago griego, o frente a importantes reyes o gobernadores, podía estar frente al carcelero que lo había torturado, o ante una turba enloquecida que quería matarlo, podía estar frente a paganos fanáticos o ante judíos más fanáticos, podía estar frente a los apóstoles en Jerusalén o ante hermanos desconocidos en alguna iglesia del Asia menor. Pero siempre Pablo decía lo que tenia que decir. Nunca se callaba y no cambiaba su mensaje.

Había algo especial en Pablo. El tenía la gran virtud de decir las verdades mas duras con la gracia para poder escucharlas. Esto no es muy común. Por lo general, nosotros decimos las cosas de mala manera. Lo decimos gritando, insultando o agrediendo. Lo decimos para lastimar, o con doble sentido.

Aunque digamos la verdad más segura y confirmada, aunque lo que digamos sea totalmente cierto y no pueda ser objetado, lo decimos de una manera que duele, y entonces no se escucha. La mejor de las verdades dicha de una mala manera no cambia nada. Porque quien recibe ese comentario, en lugar de escuchar el concepto que queremos decirle, esta demasiado preocupado, escuchando la manera en que lo decimos.

Pablo no tenia este problema. Aunque a veces era duro y frontal, como cuando reto a Pedro que se hacia el gentil y liberal con los gentiles, pero cuando llegaron los judíos se hacia el formal y estricto, Pablo no faltaba el respeto, ni agredía con sus palabras, aunque discutía.

El no buscaba agradar con lo que decía, pero tampoco lastimar. El no cambiaba el mensaje que tenia que exponer. No acomodaba la verdad al oído de quien escuchaba, no decía medias verdades, ni cambiaba alguna cosita para quedar bien. Pablo exponía todo el mensaje de Dios, si n agregar ni quitar nada.

Pero no agregaba sus opiniones personales, sabia que las palabras lastiman más que los cuchillos y que las heridas que provocan los labios tardan mucho más en curarse que las que producen las espadas.

Como para pensar de qué manera decimos las cosas. Si a veces cambiamos la Verdad de Dios para acomodarla según quien nos esta escuchando, para quedar bien, para no pasar vergüenza, para que no se burlen. O si cuando hablamos, lastimamos.

Hay palabras que curan y hay palabras que sanan. Que aprendamos a hablar para que cada vez que abramos la boca, digamos solo lo que Dios quiere que digamos, que no haya palabras de más ni palabras de menos. Que no busquemos quedar bien con el auditorio cambiando la verdad, y mucho menos, usemos la lengua para herir a nadie. Aprendamos de Pablo, que aunque no se callaba nunca de decir la verdad, tenía la gracia de no ofender ni lastimar a nadie con lo que decía.

Es lo que Dios espera de tí y de mí.

Agrada a Dios, habla bien.

 

 

Si amén.
La palabra de Dios nos dice:
La blanda respuesta quita la ira; Más la palabra aspera hace subir el furor.
Proverbios 15:1
En efecto como bien dices hay palabras que curan y hay palabras que sanan, asi como hay palabras que destruyen, una ofensa, un insulto, una mentira, un cisme, todo eso que se dice sin pensar siempre trae destrucción, la blanda palabra aplaca la ira, más la aspera hace subir el furor, pensemos siempre lo que vamos a decir, para no herir a nadie.
 
Más sin embargo cuando hables con la palabra de Dios en la mano, y prediques el santo evangelio habla claro y como dice la escritura, no disfraces las palabras para que no hagas caer al pecador en su error,  siempre la verdad aunque a muchos les incomode, más vale decir las cosas como son, y no que por temores se pierda un pecador, Dios hablará por ti, se un instrumento útil en sus benditas manos.
 
Al homosexual apercíbelo con la palabra aunque no le agrade, a la prostituta de igual forma aunque no le agrade lo que le dirás, al drogadicto dile claro que no debe emborracharse con vino en lo cual hay disolución, al ladrón mestrale lo que dice la palabra el que hurtaba, no hurte más. 
 
Y así con cada pecador que encuentres en el camino habla claro sin rodeos, y con la verdad absoluta como lo dice su bendita y santa palabra, la palabra de Dios.
Pedro Pablo muchas gracias por tus mensajes tan bendecidos.
Dios te bendiga hermano.

 

 

 

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