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General: los bienaventurados 1
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De: esperanzaotoñalcaribe  (Mensaje original) Enviado: 14/04/2011 02:14

1. Introducción.

Mt.5:1-2. Jesús dirige este mensaje inicialmente a sus discípulos. Cada una de las ocho bienaventuranzas son cualidades que cada discípulo de Cristo debe vivir. Y estas cualidades no son para unos pocos sino para todos los hijos de Dios. Cada cualidad está acompañada de una recompensa espiritual que recibimos por gracia de Dios. No es algo que nosotros ganamos sino que lo recibimos por la bondad de Dios. Y esto que recibimos, esta gracia que viene de Dios es la razón por la que podemos llamarnos bienaventurados, muy felices.

 

2. Bienaventurados los Pobres en Espíritu.

Mt.5:3. Jesús no se refiere a pobres en su condición material o económica, Jesús se refiere a aquellos que espiritualmente se sienten y saben que son pobres, que están necesitados de Dios. Que reconocen que necesitan el perdón de Dios, la paz de Dios y el amor de Dios. Y que movidos por su necesidad buscan a Dios, claman a Dios. ¿Y por qué son bienaventurados? Porque a ellos Dios les da el Reino de los Cielos. La manifestación de la presencia del Espíritu viene a ellos, la santificación, las promesas de Dios para su vida.

¿Crees que necesitas de Dios?

¿Necesitas de su Palabra, necesitas de la comunión con Él?

¿Necesitas consultar a Dios para tomar tus decisiones?

¿Lo estás haciendo?

 

3. Bienaventurados los que Lloran.

Mt.5:4. Los que lloran son los afligidos, los dolidos, los entristecidos por diferentes razones. Para ellos hay consuelo si reconocen su necesidad y buscan a Dios, porque en la presencia de Dios siempre hay consuelo (Ap. 7:17).

Hay dos tipos de llantos.

El primer llanto es por nuestros propios pecados. Las lágrimas que son el resultado de saber que provocamos dolor en el corazón de Dios.

El segundo llanto es por los pecados de los demás. Sentir dolor por la caída del otro. Llorar por él en lugar de señalarlo y juzgarlo. Llorar por él en lugar de despreciarlo.

¿Cuándo fue la última vez que lloraste por tus propios pecados?

¿Alguna vez lloraste por los pecados de tus hermanos o interiormente te comparaste y te sentiste mejor creyente?

O peor aún, ¿sonreíste por su caída? 

 

4. Bienaventurados los Mansos.

Mt.5:5. Manso significa literalmente “humilde, suave, considerado, cortés”.

No es un afeminado, no es un maricón, no es el que permite que le hagan cualquier cosa, no es el que adopta una postura de víctima frente a todos. El manso es la persona que tiene bien en claro quién es en Cristo y qué recibió de Cristo y por lo tanto tiene dominio propio. Los problemas, las circunstancias, los comentarios que hacen de él hagan no lo descontrolan, no lo “sacan”, no lo vuelven loco.

¿Qué dicen de tu carácter las personas con las que convivís diariamente? ¿Cómo estás reaccionando frente a los problemas?

¿Qué actitudes estás teniendo con las personas que te rodean?

 

5. Bienaventurados los que tienen Hambre y Sed.

Mt.5:6. El que tiene hambre y sed espiritual es aquel que quiere más de Dios en su vida. Tiene hambre de Dios, quiere más del Espíritu, más unción, más gracia, más presencia de Dios en su vida, más revelación, más conocimiento, más metas que alcanzar. Tiene hambre, no se conforma, quiere crecer más, avanzar más, ir más hacia delante. Ellos, sólo ellos, serán saciados, recibirán la abundancia espiritual que Dios quiere darles. Ellos vivirán una vida abundante, porque Dios no es tacaño, no es mezquino con aquellos que lo buscan intensamente.

¿Tienes hambre de Dios, o poco a poco te vuelves un anoréxico espiritual?



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