Cuantas veces sentimos soledad, aunque
estemos rodeados de personas.
Cuantas veces hablamos, sin que nadie nos note.
Cuantas veces luchamos por una causa perdida;
Cuantas veces volvemos a casa
con la sensación de derrota.
Cuantas veces aquella lagrima, cae,
justamente en la hora en que
necesitamos parecer fuertes.
Cuantas veces pedimos a Dios
un poco de fuerza, un poco de luz.
Y la respuesta llega, sea ella como una flor,
una sonrisa, una mirada complice,
un mensaje, un gesto de amor.
Y es cuando nos damos cuenta
que Dios está a nuestro lado y
es cuando más nos tuvo entre sus brazos.
(Desconozco Al Autor)