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De: Morena Flor (Mensaje original) |
Enviado: 01/06/2018 11:36 |
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QUEM OBSERVA O VENTO... Viver não é dificil, mas a gente complica. Queremos entender tudo, saber tudo, ter a ciência e as ferramentas e construir um mundo que, na realidade, está muito além de nós. Cada dia que passa nos surpreendemos com os acontecimentos, como se não fossem previsíveis e tentamos construir à nossa volta a redoma que vai nos proteger e dar abrigo aos nossos. O que acontece aos outros pode nos acontecer, como o ar que invade cada narina dos animais e dos homens e os torna iguais, mortais e dependentes de uma força Maior. Essa realidade às vezes nos choca, como se não fôssemos, cada um, o outro para um outro. E ter consciência da vida, da sua fragilidade e beleza não deveria nos intimidar. Cada dia basta a si mesmo e se as dores de ontem continuam doendo no peito, as possíveis alegrias do amanhã devem nos fazer olhar para o momento presente e construir com ele o melhor que podemos com as nossas mãos. Precisamos viver agora como se o instante seguinte não fosse existir e fazer de cada momento o mais precioso de todos. Precisamos dar de nós com a consciência que o que fazemos ou deixamos de fazer fica enraizado nos que prosseguem nosso caminho. O amor, o ódio, a esperança e a desilusão são sementes que plantamos. O sorriso é o sol que oferecemos e o abraço o calor que abriga a vida. Cada instante temos escolhas, cientes ou inconscientes e elas constroem o que somos ou deixamos de ser. Quem observa o vento, nunca semeará. Mas aquele que estuda seu coração e olha para o Alto, esse possuirá campos imensos e nada lhe será recusado. Deus ama ao que dá com alegria e oferece com alegria ao que ama. Se tiver que deixar uma herança aqui na terra, que seja esta: o bem que você fez sem contar e sem escolher. Somos todos sim, construídos do mesmo barro, mas nosso coração se modela cada dia, com cada lição, cada porta que abrimos, cada mão que oferecemos.
(D.A.)
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QUIEN OBSERVA EL VIENTO ... Vivir no es difícil, pero la gente complica. Queremos entender todo, saberlo todo, tener la ciencia y las herramientas y construir un mundo que, en realidad, está mucho más allá de nosotros. Cada día que pasa nos sorprendemos con los acontecimientos, como si no fuese previsible e intentamos construir a nuestro alrededor la redoma que nos proteger y dar abrigo a los nuestros. Lo que sucede a los demás puede ocurrir, como el aire que invade cada narina de los animales y de los hombres y los hace iguales, mortales y dependientes de una fuerza mayor. Esta realidad a veces nos choca, como si no fuéramos cada uno el otro a otro. Y tener conciencia de la vida, de su fragilidad y belleza no debería intimidarnos. Cada día basta a sí mismo y si los dolores de ayer continúan doliendo en el pecho, las posibles alegrías del mañana deben hacernos mirar al presente y construir con él lo mejor que podemos con nuestras manos. Necesitamos vivir ahora como si el instante siguiente no fuera existir y hacer de cada momento el más precioso de todos. Necesitamos dar de nosotros con la conciencia que lo que hacemos o dejamos de hacer está enraizado en los que prosiguen nuestro camino. El amor, el odio, la esperanza y la desilusión son semillas que plantamos. La sonrisa es el sol que ofrecemos y el abrazo el calor que alberga la vida. Cada instante tenemos elecciones, conscientes o inconscientes y ellas construyen lo que somos o dejamos de ser. Quien observa el viento, nunca sembrará. Pero aquel que estudia su corazón y mira al Alto, éste poseerá campos inmensos y nada le será rechazado. Dios ama al que da con alegría y ofrece con alegría al que ama. Si tienes que dejar una herencia aquí en la tierra, que sea ésta: el bien que has hecho sin contar y sin escoger. Somos todos sí, construidos del mismo barro, pero nuestro corazón se modela cada día, con cada lección, cada puerta que abrimos, cada mano que ofrecemos.
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