En el año 2023 se rompieron récords de temperaturas altas en todo el mundo.
Según el informe anual de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el aumento de temperatura
media fue de 1.45 °C por encima de los niveles preindustriales, muy cercano al límite establecido en el
Acuerdo Climático de París de 1.5 °C.
Esto significa que todavía hay tiempo de remediar la situación, pero no mucho.
Una vez superada esa temperatura, el daño a la naturaleza y al clima comienza a ser permanente.
Por eso, la acción no solo debe ser de cada persona individualmente, sino también de los gobiernos y
empresas de todo el mundo. Es necesaria una acción colectiva global para lograr un cambio,
según explican desde WWF. Además, no solo se debe hacer un esfuerzo por
proteger a la naturaleza, sino también por restaurarla.
Las actividades humanas están acelerando la pérdida de recursos naturales a un ritmo que no permite
su renovación y regeneración natural.
El peligro que representa no solo es para la humanidad, sino también para todas las especies de flora
y fauna en el mundo. Una temperatura apta para la vida, agua potable, una atmósfera habitable y una
disminución de los desastres naturales son los aspectos que están en juego y hoy en día corren
el riesgo de cambiar por completo.
La Hora del Planeta vendría a funcionar como un “recordatorio mundial imperdible de la importancia
de nuestro planeta”.
El fin sería que las personas se tomen esta hora en medio de la rutina para contribuir al movimiento
y para reflexionar sobre el cuidado del medioambiente.