Así, un buen día descubrió que era mucho más fácil controlar su ira e impulsividad,
que seguir clavando clavos detrás de la puerta.
Cuando se lo comentó a su padre, este le sugirió una tarea diferente: sacar un clavo por cada
día que logrará controlar su mal carácter.
Así lo hizo el joven, y los días pasaron, hasta que no quedaron más clavos en la puerta.
Entonces su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta.
– Has trabajado duro, hijo mio, pero mira todos los agujeros que has dejado en la puerta.
Nunca más será la misma.
Cada vez que pierdes la paciencia, dejas en las personas cicatrices como las que ves.
Insultar a alguien es fácil, reparar el daño mucho más difícil y, aún así,
la cicatriz perdurará por siempre.
Porque una ofensa verbal es tan dañina como la violencia física.
En aquel momento, el joven comprendió
el verdadero alcance de las palabras.
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Jorge Luis Borges decía:
“Cada persona que pasa por nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.
Habrá los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejarán nada.”
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Existe una enorme diferencia entre dejar huellas y dejar cicatrices.
Las cicatrices son una señal de dolor, una herida que indica que se ha causado un daño.
Las cicatrices son marcas que no elegimos tener, son el recuerdo constante de un hecho doloroso.
Es cierto que nos pueden haber ayudado a crecer, pero a la fuerza.
Al contrario, las huellas son marcas que dejan los momentos placenteros que compartimos
con personas especiales, son aprendizajes valiosos que nos permiten crecer sin traumas, de forma fluida.
Hay personas que se esfuerzan por dejar su huella, ya sea a través de la dedicación,
el amor o la generosidad.
Estas personas son un apoyo y nos ayudan a reconstruirnos, enriqueciendo nuestro “yo”.
Sin embargo, también hay personas tóxicas que, con sus actitudes y comportamientos,
van dejando cicatrices a su paso.
Estas personas adoptan una actitud egoísta, no controlan su impulsividad
y terminan causando un gran sufrimiento.
Si estás rodeado de personas así, es conveniente que te plantees limpiar tu entorno
y ser más selectivo en tus relaciones.
Cuando elijas a las personas que te van a acompañar a lo largo de la vida, recuerda
que no basta con que no te lastimen físicamente, hay heridas mucho más
profundas que son causadas por las palabras.
Rodéate de personas positivas, gente que sume y que se preocupe por dejar huellas,
que puedan darle un sentido más amplio a tu vida.
Porque en la vida, no se trata simplemente de dar pasos, sino de dejar huellas
perdurables en el otro. Y porque en muchos casos, la manera de dar,
vale mucho más que lo que se da.
Y, por supuesto, compórtate de la misma manera:
asegúrate de dejar huellas en los demás,
no causes heridas que dejarán cicatrices.
Fuente:
Richter, M. et. Al. (2010) Do words hurt? Brain activation during the processing
of pain-related words. Pain; 148: 198–205.