La bollería industrial no es saludable porque puede producir problemas de
salud debido a su alto contenido en calorías, grasas trans
y azúcar, entre otros.
Son muchas las personas que, de vez en cuando, recurren a los alimentos
dulces (bollería industrial, galletas, chocolate, caramelos, golosinas, helados…) para
darse algún capricho en su alimentación. Lo cierto es que este tipo de alimentos,
por norma general, ofrecen un valor nutricional nulo o escaso.
Se trata de productos que apenas aportan micronutrientes y que contienen una gran
cantidad de calorías.
Dado su apreciado sabor dulce que la convierte en algo apetecible e irresistible,
la bollería industrial es un producto cuyo consumo va en aumento en los últimos años.
Tanto es así que es muy común que forme parte de alguna de las comidas diarias
en los hogares , así como de bolsas picnic cuando se realizan ingestas
fuera de casa.
POR QUÉ LA BOLLERÍA INDUSTRIAL NO ES SALUDABLE?
La bollería industrial engloba a una gran serie de productos diferentes: bollos, croissants,
napolitanas, palmeras, tartas, galletas, chocolates…
Son alimentos baratos, cómodos de consumir, de transportar y de fácil adquisición.
Se encuentran a la venta en todos los supermercados de nuestro entorno e incluso en
máquinas de autoventa.
Como hemos adelantado, la composición nutricional de estos productos no es adecuada.
Indicamos los motivos que lo explican y que nos hacen recomendar limitar o
incluso evitar su consumo.
Elevado aporte calórico
De media, 100g de estos productos pueden llegar a aportar en torno a 450-500kcal.
Además, como le ocurre al alcohol, las calorías que ofrece son las conocidas como
“calorías vacías”, ya que su aporte nutricional es escaso (no contienen fibra, vitaminas o minerales,
grasas saludables o proteína de calidad).
Su aporte de azúcares es muy alto
Por noma general, gran parte de los productos de bollería industrial están elaborados a base
de azúcares simples añadidos artificialmente para realzar su sabor dulce.
Esto puede generar picos en los niveles sanguíneos tanto de glucosa como de insulina.
Además, el consumo elevado de estos azúcares simples añadidos está asociado con
numerosos problemas de salud como sobrepeso, obesidad y un riesgo mayor
de presentar diabetes tipo II.
Contiene harinas refinadas
A través del refinamiento, las harinas pierden el salvado y el germen, lugares donde
se encuentran las vitaminas, los minerales y la fibra que aportan,
desaprovechando dicho aporte.
Ofrece cantidades destacables de sal (o sodio)
Generalmente, los productos de bollería industrial contienen sal en elevadas cantidades,
cuyo exceso se asocia a problemas de salud como hipertensión.
Contiene aditivos, saborizantes y conservantes químicos
Estos productos son añadidos por la industria alimentaria para realzar el sabor
de los productos y alargar su vida útil.
Su aporte de fibra es muy bajo o incluso nulo
La mayoría de productos de bollería industrial apenas aportan fibra.
Esto hace que su consumo no nos produzca saciedad y pueda llevarnos a consumirlos
en mayores cantidades.
Incluye en su composición aceites vegetales de mala calidad y grasas trans
Los aceites vegetales empleados en su elaboración son de mala calidad.
Como ocurría con las harinas, son sometidos a un proceso de refinamiento
denominado hidrogenación.
Mediante este proceso pierden parte de su contenido en vitaminas y minerales.
Tanto con las grasas trans como con los aceites refinados, la industria alimentaria logra
que sus productos puedan ser consumidos en un rango de tiempo mayor
(tardan más en enranciarse).
Además, consiguen ensalzar su sabor y abaratar los costes de producción.
Pese a ello, está demostrado científicamente que el exceso de este tipo de grasas puede
poner en riesgo nuestra salud cardiovascular, aumentando los niveles sanguíneos tanto
de colesterol como de triglicéridos.
Dada su composición en grasas de mala calidad y azúcares, el consumo de productos
de bollería industrial puede generar adicción en el consumidor, motivo por el que es
especialmente importante evitar su consumo.
ALTERNATIVAS SALUDABLES A LA BOLLERÍA INDUSTRIAL
Para evitar consumir estos productos de poca densidad nutricional y gran aporte calórico,
existe la posibilidad de preparar recetas dulces caseras (no solo de bollería, sino también
con otros productos). De esta forma, emplearemos ingredientes de mejor calidad nutricional
y controlaremos las cantidades añadidas de cada uno de ellos.
Por ejemplo, en lugar de utilizar cantidades elevadas de azúcar y de conservantes, puede
optarse por añadir pequeñas cantidades de edulcorante para lograr ese sabor dulce o,
directamente, utilizar el propio azúcar presente naturalmente en las frutas.
Algunas posibles alternativas a la bollería industrial que pueden prepararse en casa son:
Bizcochos con ralladura de limón o naranja, a base de harinas integrales o de otro
tipo de harinas (avena o espelta), con trozos de frutos secos, como por ejemplo nueces.
Galletas de avena y plátano, con trocitos de chocolate 85% (tipo cookies).
Tortitas (tipo “pancakes”) de harina integral y plátano.
Macedonia de frutas variadas.
Helados caseros a base de yogur griego y frutas congeladas (frutos del bosque,
piña, mango, plátano…).
https://www.nutricare.es/cambio-de-habitos/contras-de-la-bolleria-industrial-alternativas-saludables/
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