Y le llamé desvelo a tus negros
ojos profundos como la noche
cuando al sentir tus besos
inventaba en mi cabeza mil
maneras para hacerte el amor
una vez más.
Cada noche mis versos arden
en mi mente, son palabras mudas
que esperan susurrar un te amo
para llegar a lugares inhabitados
arrancando de mis labios palabras
que grito al viento susurrando
su nombre cayendo rendida en su
tálamo de ardiente fuego
... al saberme suya.
Y le llamé desvelo a tantos
placeres que viven nuestras almas
al compartir el éxtasis del momento
sin pudor; abrigándonos solamente
entre sábanas mojadas en una noche
sin final.
Divino lo mutuo, las ganas
de lo inefable, inevitablemente
delicioso insomnio cuando se juntan
nuestros deseos en el punto "G"
del alma.
Y es que quiero; tu voz, tus ojos,
tu cuerpo, quiero hasta tu mente,
para seguirte haciendo el amor
en mis letras y que además sientas
orgasmos al leerme.