Aimee Semple McPherson nacio en Ingersoll, Ontario, Canada en 1890. Es uno de los lideres religiosos mas importantes del siglo XX, sin importar su sexo y quiza sea la mujer mas importante de las ordenadas al ministerio en toda la historia del cristianismo. Efervecente, talentosa y atractiva, convocó la atención del mundo durante mas de dos decadas. Sus primeros años de vida han quedado registrados en su autobiografia de 1927, In the Service of the King (Al servicio del Rey).
El gran YO SOY, o el gran YO FUI?
(Extracto de un sermón de Aimée Semple McPherson)
Al atravesar las puertas de las iglesias de nuestro suelo, se oyen los sonidos de cientos y miles de pisadas presurosas. Sus multitudes que corren, persiguiendo sus negocios o placeres. Desde la iglesia se escucha la voz del pastor y el evangelista intentando detener a la enloquecida multitud que se precipita en una carrera alocada hacia la destruccion, para atraer su atención hacia el Cristo.
"¡Detente! ¿Detente, multitud vertiginosa, creciente como un río! !Quita tus ojos de las brillantes luces del camino del extravio!" -claman-. "Deja los senderos de la muerte, entra por nuestras puertas abiertas y escuchanos, pero dulce historia del gran YO FUI"
"Con elocuencia, con instrucción, te contaremos del maravilloso poder que Cristo poseia, los milagros que hacia, los enfermos que sanaba. Grafica y bendita historia de aquellas cosas que Jesus hizo casi mil novecientos años antes que tu nacieras. Sucedieron muy, muy lejos, en una tierra al otro lado del mar, a la que nunca has ido, en un pais que jamas has visto, entre personas que jamas conoceras. Maravilloso, grandioso era el poder que fluia del gran YO FUI..."
Y por encima de la cabeza de la gente escucho resonar el mensaje: "¡Despierta! ¡Tú que duermes, levantate de los muertos! El Señor aún vive hoy. Su poder nunca ha disminuido. Su palabra jamás ha cambiado. Aun vive, para hacer hoy las cosas que hizo en los tiempos de la Biblia. No hay carga que El no puede llevar, ni grilletes que no pueda romper.
Aqui trae tus pecados. El los lavará. Aqui, trae tus enfermedades, El te sanará hoy. No servimos a un Dios muerto, sino a un Dios vivo; ¡no al YO FUI, sino al gran YO SOY!
¡Venid, jovenes; venid, viejos; venid, cansados y de paso vacilante; venid, enfermos; venid, sanos! ¡Venid, uno y todos, al gran YO SOY! Hay comida para el hambriento, hay fortaleza para el que desfallece; hay esperanza para el desanimado y vista para el ciego. Tomado de Christian History
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