de la siguiente manera: “confirmar la razón, el argumento o la opinión
con nuevos raciocinios o mayores datos”. La prueba corroborativa, entonces, respalda otro testimonio;
afirma o apuntala los elementos esenciales del relato del testigo ocular, en nuestro caso los Evangelios.
Cuanta más evidencia corroborativa exista, más fuerte y más seguro será el caso.
Entonces, ¿hay alguna documentación adicional que pudiera ayudar a sellar el Caso de Cristo?
En realidad los Evangelios son las fuentes más fidedignas, completas y confiables acerca de Jesús. Las
fuentes secundarias no aportan mucha información detallada, sin embargo, son válidas como evidencia
corroborativa.
Probablemente hayan escuchado hablar de Josefo. Él fue un historiador judío muy importante del siglo I,
nacido en el año 37 d.C. y que escribió la mayoría de sus obras hacia fines del siglo. Era un sacerdote, un
fariseo, y era algo ególatra. Por su colaboración con los odiados romanos, tenía el desprecio total de sus
hermanos judíos, pero se volvió muy popular entre los cristianos porque en sus escritos hace referencia a
Santiago, el hermano de Jesús, y al propio Jesús.
En su obra más famosa, “Antigüedades Judías”, describe cómo un sumo sacerdote llamado Ananías se
aprovechó de la muerte del gobernador romano Festo (que también se menciona en el Nuevo
Testamento) para matar a Santiago:
“En aquel tiempo vivió Jesú s, un h ombre sabio, si en verdad uno debe llamarlo
hombre. Por cuanto fue alguien que ll evó a cabo obras sorprendentes y
maestro de aquellos que aceptan la verdad con gusto. Ganó a much os judíos y
a mu chos griegos. Era el Cristo. Cuando Pilato, luego de haber escuchado las
acusaciones en su contra p or parte de h ombres en eminencia de en tre
nosotros, lo condenó a ser cru cifi cado, aquellos que en principio lo habían
amado no renunciaron a su afecto por él. Al tercer día se les apareció
restaurado a la vida, por cuanto los profetas de Dios habían profetizad o esta y
muchas otras maravillas acerca de él . Y la tribu de cri stianos, que de él toman
su nombre, hasta este día no ha desaparecido.”
Aunque este pasaje es muy cuestionado por los excépticos, hay un notable consenso entre los eruditos
judíos y cristianos de que el pasaje completo es auténtico, aunque pueda haber algunas interpolaciones.
Cualquiera sea el caso, Josefo corrobora información importante sobre Jesús: que fue el líder martirizado
de la iglesia de Jerusalén y que era un maestro sabio que estableció un grupo amplio y duradero de
seguidores, a pesar del hecho de que fue crucificado bajo el gobierno de Pilato por instigación de algunos
de los líderes judíos.
Por otra parte, Tácito registró lo que pudiera ser la referencia más importante a Jesús fuera del Nuevo
Testamento.
“Nerón l e echó la culpa e in fligió las torturas más agudas a una clase odiada
por sus abominaciones, llamada cri stianos por el populach o. Cristo, de quien
deriva el origen del nombre, sufrió el castigo máximo durante el reino de
Tiberio de manos de uno de nuestros procuradores, Poncio Pilato; y una
supersti ción muy dañina, habiéndose con trolado por el momen to de esa
manera, resurgió n o solo en Judea, la primera fuen te del mal , sino in cluso en
Roma… En con secuencia, se realizó el arresto en principio de cualquiera que
se declarara culpable: después, según su declaración , una inmensa mul titud
fue condenada, n o tanto p or el deli to de in cendiar la ciudad sino por odio
con tra la humanidad.”
Algunos eruditos proponen que esta “superstición dañina” se refiere a un testimonio inconsciente por
parte de Tácito acerca de la creencia de los cristianos primitivos de que Jesús había sido crucificado por
que luego se levantó de la tumba. A pesar de que el pasaje tuviera esto en cuenta específicamente o no,
nos provee un hecho muy notable y es el siguiente: la crucifixión era el destino más abominable que a
alguien le pudiera tocar, y el hecho de que hubiera un movimiento basado en un hombre crucificado tiene
que explicarse. ¿Cómo se puede explicar la propagación de una religión basada en la adoración a un
hombre que había sufrido la muerte más deshonrosa? Por supuesto que la respuesta cristiana es que él
resucitó. Otros tienen que pensar otra teoría alternativa si no quieren creerlo.
Otro romano llamado Plinio el Joven, gobernador de Bitinia en el noroeste de Turquía, hizo también
referencia al cristianismo en sus escritos:
Les he preguntado si son cri stianos, y si lo admiten, repi to la p regunta una
segunda y una tercera vez con la advertencia del castigo que les espera. Si
persisten, ordeno que sean llevados para su ejecución; p or cuanto, cualquiera
que sea la natu raleza de su admisión, estoy con vencid o de que su terquedad y
su obstinación inconmovible n o debe quedar sin castigo…
También declararon que la suma de su culpa o error no llega a más que esto:
se habrían reunido en forma regular antes del amanecer en un día fijad o para
cantar versos en forma al ternada entre sí en honor de Cristo como a un dios, y
también que se habían comprometido con juramento, no con fines deli ctivos,
sino para abstenerse del hurto, del robo, del adulterio…
Esto me llevó a determinar que era más que necesario extraer la verdad
mediante tortura de dos esclavas, a las que llamaban diaconi sas. No en con tré
más que un tip o degenerado de culto llevado hasta la extravagancia
http://www.elcasodecristo.com.ar/articulos/2.%20La%20prueba%20corroborativa.pdf