Un impacto especial
El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas. Proverbios 10:12
"En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis una Uno de estos hermanos míos, más aun A LOS pequeños, un mí lo hicisteis." Mateo
Hace mucho tiempo, una niña de una familia adinerada se preparaba para ir a la cama.
Decía sus oraciones cuando oyó un sollozo a través de su ventana, un poco asustada, se asomó y miró por la ventana.
Otra niña, que parecía de su misma edad y desposeída estaba parada en el callejón junto a la casa de la niña rica.
Su corazón se identificó con la niña desposeída, ya que estaban en lo más frío del invierno, y la niña ni frazada tenía, tan sólo viejos periódicos que alguien había tirado. A la niña rica se le ocurrió una brillante idea y llamó a la otra niña y le dijo:
"Oye, tú, por favor acércate a mi puerta". La niña desposeída estaba tan asombrada que solo asentir pudo.
Tan rápido como se lo permitieron sus piernas, la niñita bajó las escaleras hasta el armario de su madre y tomó una vieja frazada y una almohada gastada, tuvo que caminar lentamente a la puerta del frente para no tropezar con la frazada que colgaba, pero finalmente lo logró.
Dejando caer ambos artículos, abrió la puerta, parada Allí estaba la niña desposeída, atemorizada visiblemente.
La niña rica sonrió cálidamente y le entregó ambos artículos a la otra niña, su sonrisa se ensanchó al observar la genuina sorpresa y felicidad en el rostro de la otra niña y ella se fué a la cama Increíblemente satisfecha.
A la mañana del día siguiente alguien tocó a la puerta. La niña rica voló a la puerta esperando ver a la otra niña allí. Abrió la gran puerta y miró fuera y era la otra niñita, su rostro se veía feliz y sonrió.
"Supongo que no querrás estos de vuelta, pensando que ella ya no querría usarlos después que ella los usó y de todas maneras, a ella le vendrían bien.
La niña rica abrió su boca para decir que podía quedárselos, pero se le ocurrió otra idea mejor y respondió, sí, los quiero de vuelta.
El rostro de la niña desposeída se entristeció pensando en otra noche fría. Esta obviamente no era la respuesta que había pensado que recibiría. A desgano, dejó los gastados artículos en el umbral y se volteo para irse cuando la niña rica le gritó- ¡Espera! Quédate allí!
A tiempo se volteó para ver a la niña rica corriendo escaleras arriba y por un corredor largo decidiendo que sin importar lo que la niña rica hiciese, no valía la pena esperar, y se alejó.
Al dar el primer paso, sintió que alguien le tocó el hombro. Al voltearse vió a la niña rica, tirándole una nueva frazada y almohada diciendo suavemente, estas, estas son las tuyas, hechas de seda y plumas, llevatelas para ti!
Le había dado su almohada y su frazada quedandose ella con las viejas cosas!
Al crecer las dos, no se vieron mucho, pero nunca estuvieron muy lejos la una de la otra en sus mentes. Ambas atesoraron en su corazón esos momentos.
Un día, la niña rica que ahora era una mujer rica, recibió una llamada telefónica de alguien. Un abogado que decía que necesitaba verla en su oficina.
Cuando llegó a la oficina, el abogado le explicó lo que había pasado.
Hacía cuarenta años, cuando ella tenía nueve años, había ayudado a una niña necesitada que creció para convertirse en una mujer de clase media con dos hijos y esposo. Ella había muerto recientemente y le había dejado algo en su testamento.
Aunque, dijo el abogado, es la cosa más peculiar. Le dejó una almohada y una frazada .
Ella tomó esa almohada y esa frazada, estaban muy bien cuidadas y tenían un suave perfume, las abrazó junto a su pecho y sollozó recordando a esa niña con frío.
Al dejarle esa almohada y esa frazada que la había cubierto en las noches frías quiso hacerle saber que su gesto de amor de aquella noche la había impactado para siempre y que nunca lo había olvidado, a pesar de que ya tenía su propia casa, había conservado su almohada y su frazada.
Hay cosas en la vida que quizás no tengan mucho precio para algunos, pero para otros pueden ser de mucho significado, especialmente cosas que con comprensión y mucho amor y corazón alguién había compartido.
Hay mucho que podemos hacer y qué podría impactar la vida de otros. Hoy puede ser ese día en que podrías impactar la vida de otro con un gesto, un presente o solo una sonrisa pero con mucho corazón. Un gesto de amor puede impactar fuertemente una vida.
El amor del Señor impactó nuestras vidas una vez y para siempre, nosotros debemos impactar a otros con el mismo amor.
Dios te bendiga!!
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