Expectativas de rol para cada sexo, compartiendo la vida en común
La pareja está inevitablemente influida por las expectativas culturales que existen sobre la conducta esperada para los hombres y para las mujeres. Es así como las mujeres deben, según lo estipula nuestra cultura, hacerse cargo de una serie de tareas asociadas a los niños y a la casa que definen su rol de esposa. Por otra parte, los hombres deben hacerse cargo de la mantención económica de la familia y de la protección de ésta. Hombres y mujeres validan y aceptan estas creencias.
Asociados a estos roles están ciertas conductas y actitudes que, si se rigidizan tienden a generar dificultades y problematizar a la pareja en su convivencia. Cuando las parejas son capaces de flexibilizar estos roles y compartir las tareas (no importando a quien corresponde culturalmente su realización), la convivencia mejora y se pueden enfrentar sin dificultades los pequeños detalles propios de la convivencia en pareja. Cada pareja deberá resolver a su modo qué compartir y cómo hacerlo.
Este último aspecto es de vital importancia ya que influye sin duda en el clima afectivo de la pareja y constituye el modelo que los hijos seguirán en su propia vida.
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