DOS EQUIVOCACIONES COSTOSAS
"No aprenderéis a obedecer mis palabras?dice Jehová" (Jeremías 35:13). Dios hizo que desde el Monte Nebo Moisés pudiera ver la tierra de Canaán. Cuarenta años antes él se había sentido ilusionado con la promesa de hacer llegar al pueblo de Isarael como conquistadores para ocupar su tierra. Más de cuatrocientos años antes Jacob y sus hijos la habían abandonado en tiempo de gran escsez de alimentos. Esto fue cuando su hijo José les convidó a vivir cómodamente en Egipto. José había sido encumbrado por el Faraón para ocupar el segundo puesto de importancia en el país. Como ocurre en muchos casos, los líderes del pueblo se envejecen y son cambiados y algunos que gozaban de gran prestigio en una época ocupan puestos inferiores después y luego son olvidados. Así ocurrió con los israelitas y terminaron como esclavos bajo crueles capataces egipcios. Por el poder de Dios y bajo el mando de Moisés, los israelitas fueon sacados de Egipto y siguiendo una ruta por el desierto llegaron a Caldes-Barnea desde donde fueron enviados doce espías, uno de cada tribu para reconocer la tierra. Dos trajeron buenas noticias; los otros diez desanimaron al pueblo para no entrar. Dios intervino castigando al pueblo a deabular por treinta y ocho años por el desierto sin ver realizado su más caro deseo, el de entrar en su tierra. Solamente los que tenían menos de veinte años cuando estaban en Caldes-Barnea sobrevivieron. Durante los treinta y ocho años en el desierto pasaron por mucha vicisitudes y en una de ellas, Moisés fue instruido a hablar a una roca para que saliera agua. Moisés estaba molesto con el pueblo y enfadado, golpeó la roca dos veces en vez de hablarla. ¡Decisión fatal! "Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, portanto, no meteréis a esta congregación en la tierra que les he dado"(Núm. 20:21). Hubo dos equivocaciones que costaron caro al pueblo de Israel por una parte y a Misés y a Aarón sus líderes individuales. Cuando lo natural del hombre dicta las acciones y éstas estén en contra de la voluntad de Dios, la desobediencia cuesta caro. Los diez espías influyeron para desanimar al pueblo y toddos los mayores menos Caleb y Josué quedaron para entrar en la tierra. En el caso de Moisés y Aarón, ambos fueron sepultados al otro lado del Jordán, aún que lograron ver la tierra. Dios fue justo y no pudieron pasar a la tierra que anhelaban conocer sin jamás pisarla.
Las experiencias de los israelitas y de Moisés y Aarón deben ser una advertencia para nosotros para no dejarnos influenciar por consejos equivocados y seguir ideas personales nuestras. Puede costarnos mucho.
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