Y mirando a Jesúsque andaba por allí, dijo:
He aquí el Cordero de Dios
(juan1:36)
El Cordero de Dios
En el Antiguo Testamento se habla mucho de corderos que fueron ofrecidos en sacrificios.
Todos eran figuras del Cordero de Dios venidero, el Señor Jesús. Consideremos el cordero pascual y las ordenanzas relacionadas con él.
Los israelitas debían tomar un cordero. Esto nos hace pensar en la docilidad de nuestro Salvador "Angustiado él, y afligido, no abrió su boca;
como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus transquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. (Isa.53:7)
El cordero pascual debía ser "sin defecto". El Señor Jesús no tenía faltas, no había ningún pecado. Nadie podía redargüirle de pecado.
El cordero debía ser "macho" y "de un año". Esto nos recuerda que el Señor tuvo que morir en la flor de su juventud. El autor del Salmo 102
revela proféticamente el sufrimiento de Jesús por esta causa: "Dije;
Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días; Por generación de
generaciones son tus años." (ver.24).
Finalmente el cordero pascual debía ser "inmolado". Si el Señor Jesucristo no hubiera muerto, no habría podido salvarnos. Era necesario que muriera como cordero inmolado en el altar de la cruz. Allí Cristo
soportó el castigo que merecíamos por causa de nuestros pecados. En ella corrió su sangre, en virtud de la cual Dios puede perdonar nuestra culpa.
La carne del cordero pascual debía ser "asada al fuego". El juicio que alcanzó al Salvador en las tres horas de tineblas no pudo ser suavizado por nada. Él soportó todo para que nosotros pudiéramos ser libertados.
"El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, la gloria y la alabanza".
|