Vidas Averiadas       Oh Señor, tú me has examinado y conocido" (Salmos 139:1). En el inicio de la era del auto, un coche, modelo TFord, se averió en medio a la carretera. Por más que el conductor si esforzase, el motor no funcionaba. Rodaba la manivela sin éxito, se acostaba por bajo del coche, mecía en el motor, pero por demás. Solo veía las chispas pero el coche no andaba. De repente, un lemosín estacionó atrás del coche y un hombre elegante bajó del banco trasero y le ofreció ayuda. Despues mecer por algunos instantes en el motor del coche averiado, el extraño habló: "Intente ligar nuevamente". Inmediatamente el motor volvió a funcionar. El hombre bien vestido, entonces, se identificó: "Me llamo Henry Ford. Proyecté y construí estos coches. Por eso yo sé identificar cualquiera problema que ellos tengan. Muchas veces perdemos las bendiciones anheladas porque intentamos resolver, por nosotros mismos, todos los problemas de nuestras vidas. Siempre creemos que no necesitamos de nadie, que somos capaces de hacer cualquier cosa y que nadie tiene nada con eso ¿Pero será eso verdad? ¿Podemos resolver todas las cosas? Muchas veces nos esforzamos, intentamos de todo, pero el fracaso permanece. Rodamos la manivela de la felicidad pero el motor espiritual no funciona. Modificamos nuestras actitudes aquí y allí, y nada acontece.Buscamos varios lugares donde nos afirman haber un buen betún espiritual, pero, luego constatamos que era todo ilusión. Percibimos, después de muchas luchas, que todo fue en van. Nuestras vidas continúan "averiadas".   ¿Quién podría arreglar, y para siempre, lo qué está errado? Apenas Aquél que creó y proyectó, para todos, una vida abundante y eterna. Solamente Jesucristo, el Rey de los reyes y Señor de los señores, que nos conoce plenamente, puede transformar nuestras vidas y hacerlas andar perfectamente. Si su vida está "averiada" por el pecado, deje que el Señor la arregle.   DIOS TE BENDIGA