En el Instituto(Liberty Baptist Theological Seminary) de EE.UU,hay un maestro de 88 años que sigue enseñando como cualquier maestro. Se le preguntó su secreto y dijo que mastica 30 veces antes de tragar su comida. Dijo que todo era más rico y no habia nada que no pudiera comer. Y desde antes meditar la palabra se lo comparaba con el rumiar de las vacas. Hay que masticar y masticar y entre que se medita, la palabra es neustra y podemos oir la voz de Dios. No debemos leerla y ya. Hay que oirla, y pensar en lo que oimos, pensar y pensar meditar y entonces se vuelven en nutrientes para nuestra salud espiritual. Iuyin Pitosyn en su libro llamado:Come este libro, presenta la severidad de un perro cazador. Un dia su perro cazador vio los huesos de un siervo y lo mordió hasta que se quede blanco, en ese momento le vino a la mente una palabra en hebreos (hagah)que apareceen Salmos 1 y significa meditar. Para que el hombre interior se ponga fuerte debe leer la palabra, meditar en ella, entender su sentido, y pararse sobre esa verdad. Lo otro es orar sin cesar y arrepentirse de las faltas que comete. No debe esconder sus pecados sino sacarlos a la luz. Colo 4:2. ,1° de Juan 1:9 dice que si confesamos los pecados Dios es fiel y justo para limpiarnos. Dios ya nos redimió de todos ellos, somos salvos por fe no por obras. Pero debemos pedir perdón cada dia para que él nos renueve. Yonggi Cho