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General: EL LLANTO DEL DESIERTO
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Paqui  (Mensaje original) Enviado: 30/01/2010 00:08
 EL LLANTO DEL DESIERTO

En cuanto llegó a Marrakech, el misionero decidió

que todas las mañanas daría un paseo por el desierto

que comenzaba tras los límites de la ciudad.
En su primera caminata, vio a un hombre estirado sobre

 la arena, con la mano acariciando el suelo y el oído pegado a tierra.

"Es un loco", pensó.

 


 

Pero la escena se repitió todos los días,

 por lo que, pasado un mes, intrigado por aquella conducta extraña,

resolvió dirigirse a él. Con mucha dificultad, ya que aún no hablaba

árabe con fluidez, se arrodilló a su lado y le preguntó:

- ¿Qué es lo que usted está haciendo?.

- Hago compañía al desierto, y lo consuelo por su soledad y sus lágrimas.

- No sabía que el desierto fuese capaz de llorar.

- Llora todos los días, porque sueña con volverse útil para el hombre

 y transformarse en un inmenso jardín, donde se puedan cultivar las flores

 y toda clase de plantas y cereales.

- Pues dígale al desierto que él cumple bien su misión -comentó el misionero. -

 Cada vez que camino por aquí, comprendo mejor la verdadera dimensión del

ser humano, pues su espacio abierto me permite ver lo pequeños que somos

 ante Dios.


Cuando contemplo sus arenas, imagino a las millones de personas en el mundo

 que fueron criadas iguales, aunque no siempre el mundo sea justo con todas

. Sus montañas me ayudan a meditar. Al ver el Sol naciendo en el horizonte,

mi alma se llena de alegría, y me aproxima al Creador.

El misionero dejó al hombre y volvió a sus quehaceres diarios. Cual no fue

 su sorpresa al encontrarlo a la mañana  siguiente en el mismo lugar y en la

misma posición.

- ¿Ya transmitió al desierto todo lo que le dije?- preguntó.

El hombre asintió con un movimiento de cabeza.

- ¿Y aún así continúa llorando?

- Puedo escuchar cada uno de sus sollozos. Ahora él llora porque pasó miles

 de años pensando que era completamente inútil, desperdició todo ese tiempo

 blasfemando contra Dios y su destino.



- Pues explíquele que, a pesar de que el ser humano tiene una vida mucho

 más corta, también pasa muchos de sus días pensando que es inútil.

 Rara vez descubre la razón de su destino, y casi siempre considera que

Dios ha sido injusto con él. Cuando llega el momento en que, finalmente,

algún acontecimiento le demuestra por qué y para qué ha nacido,

 considera que es demasiado tarde para cambiar de vida, y continúa sufriendo.

 Y, al igual que el desierto, se culpa por el tiempo que perdió.

- No sé si el desierto me escuchará -dijo el hombre-

El ya está acostumbrado al dolor, y no consigue ver las cosas de otra manera.

- Entonces vamos a hacer lo que yo siempre hago cuando siento que las

personas han perdido la esperanza. Vamos a rezar.

Ambos se arrodillaron y rezaron; uno se giró en dirección a la Meca porque

 era musulmán, el otro juntó las manos en plegaria porque era católico.

Cada uno rezó a su Dios, que siempre fue el mismo Dios, aunque las

 personas insistieran en llamarlo con nombres diferentes.



Al día siguiente, cuando el misionero retornó de su caminata matinal,

el hombre ya no estaba allí. En el lugar donde acostumbraba a abrazar

 la arena, el suelo parecía mojado, ya que había nacido una pequeña fuente.

 En los meses subsiguientes, esta fuente creció  y los habitantes de la

 ciudad construyeron un pozo en torno a ella.

Los beduinos llaman al lugar "Pozo de las Lágrimas del Desierto".

Dicen que todo aquel que beba su agua conseguirá tranformar el motivo

 de su sufrimiento en la razón de su alegría , y terminará encontrando

 su verdadero destino.

PAULO COELHO



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: mujervirtuosa8 Enviado: 30/01/2010 01:25
 
notas hermosas
 
añorar dinâmicas


 
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