DAVID LE PEDIA A DIOS...
Lávame más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado.
Porque yo reconozco mis rebeliones,
Y mi pecado está siempre delante de mí. Salmos 51.2-3
Purifícame con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve. Salmo 51.7
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí. Salmo 51.10