DIOS SANA LAS HERIDAS
"Él sana a los quebrantados a los quebrandos de corazón y sana sus heridas." (Salmo 147:3)
Hay heridas que dejan marca. Cuando era niño andaba mucho en bicicleta. Y como todo niño la tenía medio rota. No tenía frenos ni el guardabarros. La bicicleta la había heredado de mi hermano mayor. Un día estaba yendo, tome una curva a mucha velocidad y perdí el control. Los pies se me salieron de los pedales y casi voy al suelo y casi me voy al suelo. Desesperado apoye los pies sobre la tierra, recobré la estabilidad y evite el desastre. No me había dado cuenta, pero en ese movimiento brusco, mi pierna rozó contra el pedal roto y me hizo un corte de diez centímetros en el pie izquierdo.
Pasaron más de treinta años y la cicatriz sigue estando. Pero todavía me acuerdo de la velocidad que mi padre actuó cuando me vio con la pierna ensangrentada. No le interesó como había sucedido. Solo quiso saber con que me había cortado, lavó bien la zona para que no se infectará, puso alcohol (y eso me escoció mucho) y después vendo la herida.
Dios es tu Padre y te ama con amor eterno. Él sufre cada herida tuya y le duele tanto o más que a ti. Dios conoce cada una de tus heridas y sabe lo que sufres en cada una de ellas. Dios cuenta cada una de tus lágrimas y sabe de tu angustía. Por eso cuando te ve herido y sufriendo actúa con velocidad y certeza. Dios busca sanar la herida de tu corazón quebrantado. Difícilmente sangra esta herida, pero puede ser que sea más dolorosa y que deje una cicatriz aun mucho más profunda. Dios te cuera conel bálsamo de Su Espíritu y te venda con sus manos tiernas.
Deja a Dios que te cure, que pueda sanar tu corazón quebrantado, que pueda vendar tu alma triste. Él sabe como curarla. Tal vez que quede cicatriz, pero seguro que Dios te sana.
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