LOS BENEFICIOS DE LA LECTURA BÍBLICA
“Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley.” Deuteronomio 31:12.
En varias partes del mundo, se congregan los creyentes en el Señor Jesús con el objeto de escuchar la exposición de la Palabra de Dios. Estas conferencias hacen posible que los hermanos se reúnan para disfrutar de la comunión hermanable alrededor del Señor. Tal práctica no es una innovación de los últimos años. Moisés escribió las palabras contenidas en el texto de cabecera; “Escribió Moisés esta ley, y la dio a los sacerdotes hijos de Leví, … y a todos los ancianos de Israel” Deuteronomio 31:9. En el caso de los israelitas, tenían que hacerlo “al fin de cada siete años, en el año de la remisión, en la fiesta de los tabernáculos” v.10. Estando juntos, habían de leer “esta ley delante de todo Israel a oídos de ellos” v.11.
Por lo que se lee en el Antiguo Testamento, esta fue una ley que quedó olvidada, aunque en los días de Esdras y Nehemías quisieron renovar la práctica. Es saludable juntar al pueblo de Dios para que escuche la Palabra de Dios. Deuteronomio explica una de las principales razones: “y los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a Jehová vuestro Dios todos los días que viviereis sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella” v.13. La lectura de la Biblia no sólo sirve como bálsamo para el corazón hoy, o guía para mañana, sino promueve el temor a Dios por el resto de nuestra vida. Nos ayuda a entender nuestro pasado, reconocer nuestro presente, y hacernos cargo de nuestro futuro para vivirlo ante los ojos de Dios.
Cuando Esdras y Nehemías recuperaron la práctica de congregar al pueblo, fue la primera vez en años “porque desde los días de Josué hijo de Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel. Y hubo alegría muy grande” Nehemías 8:7. Esdras el sacerdote, junto a los otros levitas “leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura” v.8. La lección es doble. Los que ministran la palabra de Dios deben hacerlo con cuidado para que sea entendible a los oídos del pueblo. “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” Hebreos 10:23-25.