La carga de la vergüenza
Pedro no podía negar su negación. La tumba vacía no borró el canto del gallo. Cristo había regresado, pero Pedro se preguntaba, o debe de haberse preguntado: «Después de lo que hice, ¿volvería Él por alguien como yo?»
Nosotros nos hemos preguntado lo mismo. ¿Es Pedro la única persona que ha hecho lo que prometió que no haría jamás? Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Salmo 32:1
Pero en ti hay perdón, Para que seas reverenciado. Salmo 130:4.
Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados. Hechos 13:38.
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Ledita
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