No dejes que tu alma se rinda
Cuando la esperanza desaparece nuestra alma empieza a morir en vida. La esperanza se mantiene viva por nuestra fe en Dios, nuestro amor por nosotras mismas y los seres que amamos, nuestros instintos para preservar la especie y nuestros sueños.
El enemigo más poderoso de la esperanza y de nuestra alma es la depresión. Cuando nos deprimimos perdimos el sentido de nuestra vida y nuestra alma empieza a agonizar.
Lo peor es que muchas veces no nos damos cuanta que estamos deprimidos y vivimos en perenne tristeza, que aunque no es agonía nos roba el gozo. Mírate a ti misma, ¿sientes gozo por todas las bendiciones que tienes? o ¿te sientes triste sin razón y nada te parece excitante por largo tiempo? Piensa en como has estado reaccionando. Un poquito de melancolía es normal, pero no un sentimiento de angustia, ansiedad o inutilidad constante.
Otro enemigo de la esperanza es la baja autoestima. El no dejar que tu ser se exprese y el no escucharte a ti misma. La baja autoestima no nos deja desarrollar nuestro potencial. Nos miente, diciéndonos que no podemos alcanzar nuestros sueños. No deje que el temor te engañe.
La esperanza también le huye a la rutina. Si no sueñas constantemente y te pones nuevas metas y tratas de ser mejor en las actividades que tu selecciones estas invitando a la depresión, la baja autoestima y al aburrimiento. Todos son enemigos de la esperanza y de ti misma.
No dejes que tu alma se rinda, sueña y alcanza nuevas metas. Trata de vivir a plenitud y cada día ser mejor.
(Desconozco el autor)
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