VACACIONES EN PAREJA
Cualquier actividad que se decida a hacer con más de una persona, es decir, con alguien más que usted mismo, debe emprenderla con un espíritu aperturista, positivo, tolerante y sobre todo, poniéndole una ingente cantidad de ilusión. No es suficiente pensar que estás de vacaciones para ser feliz, hay que ponerle ganas para llegar a serlo.
A veces he visto parejas que se dedican en sus vacaciones a irse juntos a algún lugar, para luego allí cada uno disfrutar de actividades distintas, con lo cual siguen repitiendo los rituales diarios de trabajar, hacer vidas paralelas y al llegar la noche, explicarse sus experiencias.
Otras pretenden recuperar su alejamiento rutinario pasando todo el día juntos, los dos solos, comentando todas aquellas cosas que se les han "escapado" durante el curso laboral, olvidando que cada día es para vivirlo en presente, y que lo que no hablaron en su momento probablemente fue porque no era muy importante el hacerlo.
No es necesario que hable de esas parejas que todo el año discuten y se pelean por cualquier motivo, y que llegado el momento del ocio hallan allí un terreno abonado especialmente para sus dimes y diretes.
Estos son casos extremos, aunque por desgracia totalmente reales, pero hay unos malos entendidos que a veces se pueden evitar, siempre que haya un interés real en que la convivencia sea feliz.
Algunas ideas
Imagino que cuando llega la época del descanso anual todos tenemos en mente diferentes anhelos por cumplir, pero si hemos de contar con otra persona, lo mejor será comentarlos con tiempo e intentar adaptar los deseos de ambos. Esto nos obliga a implicarnos en la organización, ya que muchas veces una parte siempre tiende a callar, inhibirse, dejando al otro que actúe líbremente con la consabida excusa de: "No, si a él/ella le gusta mucho organizar, se divierte".
Lo malo es que cuando algo no funciona o no es lo que pensábamos, nos es muy difícil ser honestos y callar por nuestra vaguería previa. Si todos se interesan en la organización, cuando surjan los problemillas sabrán que no es culpa de nadie, y que se necesita mucho humor hasta para irse de viaje.
Ser conscientes de las posibilidades económicas reales con que se cuenta. No por ser más caras serán mejores, y afortunadamente cada vez hay más variedad de ofertas adaptables a todo tipo de presupuesto.
Evitar sacar a relucir temas conflictivos en momentos de gran cansancio, cuando se está falto de sueño o acabas de discutir con el empleado del aeropuerto porque lo único que conseguirás es desorbitar los resultados.
Jugar a "ser novios". Corteja con tus mejores encantos, seduce con tus atuendos más "sexi", juega como si volvieras a la infancia durante unos días, y sobre todo, déjate querer... y quiere. ¡A lo mejor es así de fácil!. ¿Te imaginas?
La alternativa del diablo: He conocido a más de una pareja que una semana al año se van de vacaciones por separado. Quizás te gustan los viajes de aventura y en cambio tu amor sueña con desconectar en un balneario, envuelto en algas y barro. Es sólo una idea...