ACTITUD DE AMOR
Todos en mayor o menor grado, creemos
que el éxito de una persona, que el reconoci-
miento humano por todo lo que ha realizado, es
lo que la hará pasar a la eternidad rodeada de
un halo de grandeza que perdurará por largo
tiempo. Y así, cuánto afán, cuánta lucha por
lograr los primeros puestos, por hacer obras
materiales perdurables, por llegar a la conquis-
ta del poder a costa de cualquier sacrificio, ol-
vidándose -la mayoría de las veces- de que la
grandeza de una persona se mide por su actitud
de amor, de entrega, y de servicio al prójimo,
que es donde reside Dios.
Se puede ser pobre, ser desconocido para
la mayoría, tener una vida sin destellos y, sin
embargo, poseer un ascendiente inigualado so-
bre millones de personas.
Así lo prueba esta biografía, de autor des-
conocido, que relata una de esas vidas:
Nació en una oscura aldea,
hijo de una campesina.
Se crió en otra pequeña aldea
donde trabajó en una carpintería
hasta los treinta años.
Entonces, por tres años
fue un predicador itinerante
Nunca escribió un libro.
Nunca tuvo un cargo público
Nunca formó una familia,
o fue dueño de una casa.
No fue a la Universidad.
Nunca visitó una gran ciudad.
Nunca viajó más de trescientos kilómetros
desde el lugar donde
había nacido.
No hizo ninguna de las
cosas que ordinariamente
asociamos con grandeza.
No tuvo otra carta de
presentación que a si
mismo.
Tenía sólo treinta y tres años
cuando la marea de la
opinión pública se volcó
en contra de él.
Sus amigos se escaparon..
Fue entregado a sus enemigos,
se burlaron de él y le
sometieron a juicio. Fue clavado a una cruz
entre dos ladrones.
Mientras moría
sus verdugos sortearon entre si
su túnica,
única posesión en esta tierra.
Una vez muerto fue enterrado en una tumba
prestada gracias a la
compasión de un amigo.
Han pasado casi veinte siglos
y todavía él es la figura
central de la raza humana
y el líder del progreso
de la humanidad.
Todos los ejércitos qué han marchado,
todas las armados que han navegado
todos los parlamentos que han sesionado
todos los reyes que han reinado,
puestos juntos no han afectado
la vida del hombre en la tierra
tanto como esta sola vida solitaria.
Desconozco el autor