No tenemos que ser aprobados por ciertos individuos para sentirnos bien con nosotros mismos.
Nos enojamos con las personas que nos presionan, cuando en realidad estamos permitiendo que nos presionen
Es cierto que la gente no debiera presionarnos, pero es igualmente cierto que no debieramos permitirnos a nosotros mismos estar bajo presion.
No debemos culpar a otros por lo que en definitiva es nuestra responsabilidad.
Dios desea que tengamos relaciones agradables y sanas.
Una relacion no es sana si una persona tiene el control mientras que la otra lucha por la aprobacion, obteniendola al estar preparada para hacer cualquier cosa que la otra parte quiera, sin importar lo que sea o cómo ese individuo se sienta personalmente con ello.
Si tenemos que pecar contra nuestra conciencia para obtener la aprobacion de alguien, estamos fuera de la voluntad de Dios. Joyce Meyer