Renueva Tu Mente Ante Dios
Paul C. Jong
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, que es vuestro culto racional” (Romanos 12:1).
¿Cual es este “culto racional,” el cual es traducido como “acto espiritual de adoración” en la Nueva Versión Internacional (NIV), que debemos dar a Dios? Dar culto racional a Dios significa ofrecer nuestros cuerpos a Él para hacer Su obra de justicia. Ya que somos salvos, necesitamos presentar nuestros cuerpos y ser aceptables a Dios para esparcir la justicia del evangelio. El culto racional que debemos dar a Dios es poner nuestros cuerpos separados en santidad para dárselos a Él.
En el capitulo 12, Pablo habla acerca de lo que es nuestro culto racional. Es no conformarse a este mundo, sino ser renovado por la transformación de nuestras mentes, para que podamos probar cual es la perfecta buena y agradable voluntad de Dios.
El culto racional es dedicar todos nuestros cuerpos y corazones a Dios. Entonces, ¿cómo pueden los justos vivir tal vida ante Dios? Pablo dice que no debemos conformarnos a este mundo, sino que seamos transformados por la renovación de nuestras mentes y debemos ofrecer nuestros cuerpos para las justas obras de Dios. Creer en la justicia de Dios, mientras ofrecemos nuestros corazones y mentes, también es un culto racional a Dios.
Este pasaje es muy importante ya que nos dice que no debemos conformarnos a este mundo y que en vez de eso debemos servir a la obra de Dios y ser transformado por la renovación de nuestras mentes.
No podemos dar adoración espiritual sin que primero se renueven nuestros corazones. Aún los justos no pueden dar sus cuerpos o sus corazones a Dios si dejan de creer en Su justicia.
Podemos ser influenciados por esta generación, igual que sucedió en la generación de Pablo. Debido a que vivimos en el centro de una corriente fluctuante de esta generación pecaminosa, si no hubiéramos creído en la justicia de Dios, inevitablemente estaríamos siguiendo la corriente de esta era. Aún los justificados que creen en la justicia de Dios no pueden evitar totalmente el ser influenciados por la corriente secular, ya que viven sus vidas con la gente mundana. Es por eso que la Biblia nos dice que no nos conformemos a este mundo.
Entonces, ¿cómo pueden los justos ofrecer una adoración racional, un sacrificio santo a Dios con todo su corazón y con todo su cuerpo, mientras se está expuesto en este mundo? Esto solo es posible creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu que renueva nuestras mentes incesantemente. Los justos pueden conocer y seguir la buena voluntad de Dios cuando renuevan sus mentes y son transformados por Su justicia.
Pablo no esta diciendo esto debido a su ignorancia en los asuntos mundanos. Ni está dando lecciones religiosas a los creyentes diciendo, “Seamos buenos,” mientras permanecen en la ignorancia de sus circunstancias y de sus habilidades. La razón por la cual Pablo esta motivándonos a renovar nuestros corazones para servir a Dios se debe a que él sabe muy bien que los creyentes también pueden ser llevados por los caminos de este mundo.
Hayas nacido de Nuevo o no, los cuerpos físicos no son muy diferentes los unos de los otros. Pero existe una grande diferencia entre aquellos que han nacido de nuevo y aquellos que no–es la fe en la justicia de Dios. Solo los justos pueden seguir al Señor renovando incesantemente sus mentes mientras creen en el evangelio del agua y el Espíritu.
Entonces, ¿qué puede renovar nuestros corazones? La fe en la Palabra del evangelio que proclama nuestra liberación completa del pecado es lo que renueva nuestros corazones. El Señor ha perdonado todos los pecados que cometimos con nuestros cuerpos y mentes por nuestras debilidades e iniquidades en la carne. Las mentes de los justos pueden ser renovadas debido a que nuestro Señor ha perdonado todos los pecados del mundo con Su bautismo y Su sangre sobre la Cruz. Nuestras mentes, en otras palabras, han sido renovadas debido a que creemos en la justicia de Dios.
Ahora, necesitamos tener un entendimiento correcto de lo que hacemos ante Dios. Debemos discernir Su perfecta voluntad, lo que Él quiere de nosotros y lo que los justos nacidos de nuevo deben hacer. Debemos renovar nuestros corazones en estas áreas y servirlo a Él. La voluntad de Dios para nosotros es que ofrezcamos nuestros cuerpos y mentes, dedicándonos como sacrificios santos a Él. Podemos darnos a Él como sacrificios, cuando renovamos nuestras mentes. La renovación de nuestras mentes viene de creer que Dios ha quitado nuestros pecados.
Existe una diferencia entre aquellos que han nacido de Nuevo y aquellos que no. Solo los justos pueden renovare sus mentes creyendo en la justicia de Dios. Nosotros, los justos, siempre podemos hacer las cosas que agradan a Dios por fe, limpiándonos y renovando nuestros corazones, y negando los deseos mundanos de la carne. Los justos son diferentes de los pecadores, ya que pueden renovar sus corazones y siempre servir y caminar con el Señor.
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