Sólo Dios mueve montañas pero la oración hace que El mueva sus manos. El nos dice: Clama a mi y yo te responderé Si no oramos El no puede intervenir en nuestras vidas. Charles Spolchon de la iglesia Metropolitana era llamado el emperdor de la prédica. Una vez se juntaron 6 mil personas nuevas para oirlo y salian afuera porque ya no habia lugar. Un periodista le peguntó cuál era la razón de que la gente prefiera ir a su iglesia y no a otra. El le llevó de la mano al sótano y alli habian unas 400 personas intercediendo en oración para que bajar el Espiritu Santo durante la prédica. Mi carisma o poder para predicar no es porque sea talentoso, sino porque hay gente intercediendo por mi mientras predico. Gracias a la oración de muchos hermanos pude concluir con estos 50 años de minsiterio. Tengo amigos que no lo lograron porque les faltó gente que intercedieran por ellos. Oren por mi aunque me retire. Yonggi Cho