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El sueño
En una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende. Por sueño,
en visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho, Entonces revela al oído de los hombres, Y les señala su consejo. - (Job 33:14-16.)
En el tiempo de Job, Dios hablaba a los hombres por medio de sueños, pero ahora tenemos la Palabra de Dios completa. Por eso no hacen falta sueños ni dones de milagros como existían al principio del cristianismo.
Excepcionalmente hoy en día puede ocurrir que Dios aún hable así y, por ejemplo, a través de un sueño alcance a un alma que no quiere escucharle de otra manera. Ese fue el caso de Juan Carmona, un hombre que se había entregado a una vida pecaminosa y al alcoholismo.
A los 59 años de edad, estando en la cárcel, había tenido un sueño terrible: se hallaba rodeado de bestias rugientes, y junto con innumerables seres humanos se deslizaba por una pendiente. Lleno de pánico preguntó a alguien: –¿Dónde estamos? –¿No lo sabes?, fue la respuesta. Faltan 15 metros para llegar al infierno. En el sueño empezó a gritar con angustia mortal: –¡Señor, sálvame! Entonces fue sacado de la multitud.
Cuando se despertó estaba temblando en su cama. Sus compañeros de celda le preguntaron: –¿Qué te sucedió anoche? Gritabas como un loco. Él les contestó: –Ustedes habrían hecho lo mismo al saber que estaban a 15 metros del infierno. Luego les contó que el Señor Jesús había salvado su alma. Ellos se burlaron y le dijeron que dentro de dos semanas sería nuevamente como antes. Pero se equivocaron. El resto de su vida aquí en la tierra, hasta los 89 años de edad, cuando durmió en el Señor, fue tan diferente que lo llamaban «el feliz Jack».
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