NUESTROS HIJOS Y LAS DROGAS
Todos los padres confían o desean creer que sus hijos jamás probarán las drogas, pero lo cierto es que éstas son relativamente fáciles de conseguir, en ocasiones llegan hasta los mismos colegios y los adolescentes o preadolescentes en su afán por experimentarlo todo pueden caer en la tentación. Los niños son curiosos por naturaleza y cuando se enteran que alguien cercano a ellos las ha probado necesitan saber por qué y sobre todo qué se siente. Por eso y a pesar de la información que reciben tanto en casa como en el colegio y de las campañas publicitarias que reciben de los diversos medios, al llegar a ciertas edades como los 12-13 años en adelante deberemos aumentar la vigilancia.
Los niños que tienen mayores probabilidades de caer en el mundillo de la droga son aquellos que viven en barrios marginales o aquellos cuyos padres son consumidores de ellas, pero también aquellos que sufren estrés o aquellos que se sienten más desapegados socialmente, pues resultan más vulnerables.
La influencia de los amigos también suele ser decisiva, el niño puede sentirse rechazado por el resto del grupo si no las toma él también, de ahí la importancia de que reciba el mensaje totalmente contrario dentro del hogar. Nuestros hijos a estas edades son muy dependientes de sus amigos y esto unido a la falta de confianza en sí mismo y las escasas habilidades en decir NO, a pesar del conocido spot publicitario, pueden ser determinantes para que las acabe probando, sin mencionar otros factores como el fracaso escolar o relaciones conflictivas con sus progenitores, etc.
Si sospechamos que nuestro hijo toma drogas debemos hablar con él, e incluso investigar en su habitación u objetos personales si lo creemos conveniente. Si nuestras sospechas son fundadas lo mejor es acudir a un profesional con experiencia en el campo de las drogas y los adolescentes para que nos pueda ayudar, no es un problema fácil que podamos resolver solos, aunque sí podemos averiguar por qué nuestro hijo comenzó a tomarlas.
Si su hijo se halla en una fase inicial de consumo será relativamente fácil que las abandone, eso sí, a base de paciencia, perseverancia y amor, usted deberá dedicarle más tiempo y dedicación a su hijo.
Lo mejor, como siempre, será prevenir, pero ¿cómo prevenir que nuestros hijos tomen drogas? Esta pregunta no debería surgir en la cabeza de los padres cuando sus hijos tienen edad de salir y caminar solos por el mundo, sino mucho antes, desde pequeños los hijos deben sentirse queridos y respetados, es misión nuestra fomentar su autoestima e inculcarles una serie de valores con unos límites claros y bien definidos. Las relaciones entre padres e hijos deben ser positivas, siempre debemos estar abiertos al diálogo, para que nuestros hijos sientan que siempre pueden contar con nosotros. También debemos fomentar que sus relaciones sean buenas con otras personas cercanas a él, como sus profesores y compañeros, y fomentar igualmente actividades que les resulten interesantes para su tiempo libre, así como una serie de habilidades que les permitan desenvolverse en su vida cotidiana.