Sara siempre habia sido un poco timida. Como la mayoria de los niños,ella se encontro con otros niños que eran crueles con ella y le decian muchas cosas que le hacian sentir mal consigo misma. Ademas, los padres de Sara parecian favorecer a su hermana, Julia, y tenian el mal habito de compararlas a las dos. Julia era valiente y confiada, y sus padres le decian a Sara cosas como: "¿Por que no puedes ser como tu hermana?".
Aprovechandose de la situacion que ya estaba en movimiento, el diablo plantó malos pensamientos e imaginaciones en la mente de Sara. Le dijo que ella no valia nada y que no podia hacer lo que la gente esperaba de ella. Le dijo que no gustaba de nadie, lo cual sólo aumentó su timidez. Ella se retiro aun mas y se aislo a si misma, relacionandose con personas solo cuando tenia que hacerlo.
Sara experimento una niñez y adolesencia muy solitarias e infelices. Cuando entro en sus años de adolesencia y madurez temprana, sus temores acerca de si misma solo se hicieron mas profundos. Ella tenia una maestra que se deleitaba en corregirla delante de los otros alumnos, lo cual le avergonzaba y le hacia sentir terriblemente avergonzada. Tenia mas de diez kilos de sobrepeso y eso tambien le hacia sentirse mal consigo misma. Su madre frecuentemente dejaba caer que ella necesitaba perder peso a fin de poder ser delgada como su hermana.
Hasta las personas que podrian haber querido ser amigas de Sara no se aventuraron a intentarlo, porque no entendieron su personalidad y pensaron que ella no les gustaba. Es increible con cuanta frecuencia las personas que no se gustan a si mismas experimentan rechazo por parte de otras. Yo he aprendido que si no nos gustamos a nosotros mismos, nos comportamos de manera que hace pensar a otros que no nos gustan.
Sara terminó los estudios, consiguio un trabajo, y continuó con su solitaria vida. No era feliz. Estaba soltera, sin ninguna perspectiva, y se sentia atascada en un trabajo que odiaba, pero no tenia valor de dejarlo. A la edad de treinta y siete años,un compañero de trabajo invito a Sara a asistir a un grupo de estudio biblico. Para entonces, ella era tan desgraciada que estaba preparada para probar cualquier cosa.
...Sara comenzo a comprender que era prisionera de sus propios pensamientos, y aun si algunas personas la rechazaron a lo largo de su vida, eso no significaba que ella no tuviera valor y dignidad. Ella estaba oyendo la Palabra de Dios por primera vez en su vida, y estaba sorprendida de las cosas que estaba aprendiendo. Acepto a Cristo como su Salvador y siguio estudiando.
Gradualmente, ella comenzo a notar cambios en su vida y su actitud, simplemente porque la Palabra de Dios le estaba ayudando a renovar su mente. Ella estaba aprendiendo que tenia opciones en cuanto a su manera de pensar. Comenzo a reconocer las mentiras del diablo y a resistirlas, y cuando llegaban a su mente malos pensamientos sobre si misma, los rechazaba y los sustituia por algo alentador que habia aprendido de la Biblia.
Cuando Sara tenia treinta y nueve años, estaba comprometida para casarse con un hombre maravilloso. Perdono a su madre por ser critica con ella, y ambas comenzaron a desarrollar una sana relacion en la que Sara pudo confrontar a su madre de manera amorosa cada vez que esta la criticaba injustamente. Sara tambien encontró la valentia para dejar el trabajo que odiaba y seguir su verdadero sueño de llegar a ser enfermera.
Si Sara no hubiera aprendido como pensar correctamente, habria continuado su estilo de vida desgraciado, aun cuando Dios la amase mucho y tuviera un buen plan para ella. Me entristece terriblemente comprender las muchas personas preciosas que hay en el mundo y que han sido engañadas por el diablo y no cumplen su verdadero proposito en la vida. Joyce Meyer