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General: EL TRASFONDO DEL SALMO 119
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: ** Genesis **  (Mensaje original) Enviado: 22/12/2010 00:13
 El trasfondo del Salmo 119

«Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino» (Sal. 119:105).

Vamos a continuar compartiendo la Palabra de Dios a partir del Salmo 119. Veremos que la estructura del Salmo 119 es muy peculiar. Tiene 22 unidades, que se corresponden con las 22 letras del alfabeto hebreo, y cada unidad tiene 8 versículos.
Cuando nosotros pensamos en el número 22, pensamos en el alfabeto. Entonces descubrimos que Cristo es el Alfabeto de Dios. «En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios y el verbo era Dios… y el Verbo de hizo carne». Sin Cristo, no somos capaces de entender la Palabra.

Cada unidad tiene ocho versículos y eso es significativo. El número 8 se refiere a la resurrección. La razón de esto es el valor que en la Palabra tiene el poder de la resurrección o la naturaleza de la Palabra. La Palabra de Dios puede pasar a través de la prueba de la muerte. Nadie puede pasar por ella. Hitler falló. Napoleón falló. Todos los grandes en la historia fallaron. Nuestro Señor Jesucristo es el único que pasó por la muerte, y salió de allí en gloriosa resurrección.

La Palabra de Dios tiene la misma naturaleza; pero no sólo ella. El poder de la resurrección se puede aplicar a todo aquel que lee la Palabra. Cuántas veces pensamos que ya estamos en la muerte; a veces toda una congregación se torna muerta, pero si somos tocados por la Palabra, somos vivificados otra vez. La Palabra de Dios tiene un poder maravilloso sobre nuestras vidas.

La Palabra de Dios se interpreta por medio de la Palabra

Ahora, ¿por qué estudiamos la Palabra? Para saberlo, tenemos que obtener esa información de la estructura del Salmo 119. El Salmo 119 tiene 22 unidades y cada unidad tiene 8 versículos. Tenemos una estructura matemática muy simple: 22x8=176 versículos. El Salmo 119 es 22 veces 8. Eso está claro.

Sin embargo, encontramos algo similar al Salmo 119 en otra parte del Antiguo Testamento. No es en el libro de Salmos, pero la estructura es muy similar. Vamos a descubrir dónde están estas estructuras similares. Entonces le vamos a preguntar al Señor por qué él puso estas cosas en la Biblia. Tenemos que descubrir los hechos en la Biblia.

Nosotros conocemos la historia de Isaac Newton. Cuando él estaba durmiendo bajo un árbol, una de las manzanas cayó en su nariz. Él despertó, y en aquel momento descubrió algo: descubrió un hecho. Antes de eso, él había estado preocupado por la relación entre la tierra y la luna. Él no lograba entender aquello hasta el momento en que cayó una manzana en su nariz. Entonces hizo una pregunta: «Si Dios es el Dios de la creación, él debe ser el Dios de la unidad. ¿Será posible que la relación entre la tierra y la luna sea la misma que la relación entre la manzana y mi nariz?». Entonces descubrió una ley maravillosa. Y es así que nosotros conocemos este mundo perfecto.

Lo mismo ocurre si uno trabaja en la Palabra de Dios. Tenemos que buscar los hechos. Si tenemos los hechos, vamos a descubrir algo, y entonces todo adquiere significado. Vamos a buscar otra porción de la Palabra, el libro de Lamentaciones. Miremos todo el primer capítulo. ¿Cuántos versículos hay en este capítulo? 22. ¿Y en el capítulo 2? 22 ¿En el capítulo 4? 22 ¿Y en el capítulo 5? 22 ¿Cuántas letras tiene el alfabeto hebreo? 22. Ahora, si volvemos al capítulo 1 veremos algo muy interesante. El versículo 1 comienza con la letra ‘alfa’, el versículo 2 con la letra ‘beta’, el versículo 3 con la letra ‘gamma’, y el versículo 22, con la letra ‘omega’. Esta es una estructura alfabética. Con el capítulo 2 ocurre lo mismo.

Cuando llegamos al capítulo 3, ¿cuántos versículos tenemos? 66, y aquí tenemos lo mismo. Después de ‘alfa’, ‘beta’, ‘gamma’ tenemos otra vez ‘alfa, ‘beta’, ‘gamma’, y otra vez ‘alfa’, ‘beta’, ‘gamma’, tres unidades. Y cada unidad ¿cuántos versículos tiene? 22. Entonces, en total, ¿cuántas unidades tenemos en Lamentaciones? ¡7! Y en cada una de las siete unidades tenemos 22 versículos. ¿Y qué significa eso? ¡7x22!

Vamos ahora a abrir nuestras Biblias en Proverbios, en el último capítulo, el 31. Todas las hermanas deben acordarse muy bien de este capítulo, empezando desde el versículo 10: «Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas». Aquí encontramos una mujer virtuosa. En el hebreo significa solamente una mujer virtuosa. Desde el versículo 10 hasta el versículo 31, ¿cuántos versículos tenemos acerca de la mujer virtuosa? ¡22 de nuevo! ¡Esto es muy interesante! El versículo 10 comienza con la letra ‘alfa’, el versículo 11 comienza con la letra ‘beta’, el versículo 12 con la letra ‘gamma’, y el versículo 31 con la letra ‘omega’. ¿Ven eso? Tiene la misma estructura alfabética.

Entonces, uno pone esto en combinación con Lamentaciones, y entonces ¿cuántas unidades tenemos en total? 8 unidades. Y cada unidad tiene 22 versículos. ¿Qué estructura es esta? 8x22. Ahora, conocemos que en el Salmo 119 tenemos 22x8; y Lamentaciones más el pasaje de la Mujer Virtuosa en Proverbios tenemos 8x22. De alguna forma, Dios puso estos pasajes juntos, para que pudiéramos acordarnos de algo.

Dios quiere que, como trasfondo del Salmo 119, tengamos el mensaje de Lamentaciones y el mensaje de la mujer virtuosa. Si uno estudia Lamentaciones y la Mujer Virtuosa, tenemos que recordar que el Salmo 119 es su trasfondo. Ellos se explican el uno al otro. Ellos se interpretan el uno al otro. ¿Cómo entender la Palabra de Dios? La Palabra de Dios se interpreta por medio de la Palabra de Dios.

Tenemos, entonces, estas dos figuras: 22x8 y 8x22. Si uno estudia matemáticas, a los matemáticos les gusta estudiar las formas simples a través de la geometría. Vamos a reducir esto a dos rectángulos (Ver figura en página siguiente). Dios puso estos dos juntos, y de alguna forma intenta correlacionarlos, y eso nos hace acordarnos de la cruz. Ahora, no podemos detenernos en eso; tenemos que ir a través de la Biblia. Tenemos que estar familiarizado con estas dos porciones de la Palabra. En toda la Biblia no encontramos algo como esto otra vez. Por eso es que tenemos algo de simetría como trasfondo de todo este cuadro. Y ahora nos preguntamos: ¿Es posible que el Espíritu Santo desee llamar nuestra atención sobre esto? Queremos encontrar cuál es el mensaje que hay como trasfondo de Lamentaciones, y cuál es el mensaje que hay como trasfondo de la Mujer Virtuosa. Entonces vamos a intentar hacer una revisión rápida de estas dos porciones de la Palabra de Dios. Ahora, ¿qué es Lamentaciones?

El trasfondo de Lamentaciones

De acuerdo a la tradición, probablemente Jeremías, el profeta que lloró, se escondió en una caverna en el Gólgota, mientras veía la ciudad de Jerusalén quemándose. La ciudad de Jerusalén cayó en las manos del Imperio Babilónico. Como un profeta que amaba a su patria, cuando Jeremías vio la ciudad de Jerusalén quemándose, nos habla a través de Lamentaciones. Fue como si un fuego del cielo cayera y quemara sus huesos. Él no podía hacer otra cosa sino llorar. No sólo había fuego sobre Jerusalén, sino también había fuego en sus propios huesos. Entonces por la inspiración del Espíritu Santo, él escribió este maravilloso libro de Lamentaciones.

Jeremías lloró sobre Jerusalén. ¿Por qué Jerusalén? Porque había una tragedia allí. Porque el pueblo de Dios falló contra Dios, entonces Dios los llevó cautivos a Babilonia. Pero antes de eso, la ciudad de Jerusalén fue quemada, y de ella no quedó piedra sobre piedra. Hubo una destrucción total. Sin embargo en el Antiguo Testamento, esa ciudad de Jerusalén pertenecía al Gran Rey, porque es la ciudad del Gran Rey, la ciudad de Dios. Y si es así, ¿por qué fue quemada?

En Jerusalén estaba el templo, y el templo de Dios representa la presencia de Dios. La Jerusalén de Dios representa el testimonio de Dios. Cuando tenemos por dentro la presencia de Dios, eso se va a expresar externamente a través de Jerusalén. Cuando usted ve la hermosura y la gloria de Jerusalén es porque Dios está allí. Pienso que esa es la diferencia entre Jerusalén y la ciudad de Nueva York. Eso es lo que hace la diferencia entre Jerusalén y Santiago. ¿Por qué Jerusalén es tan hermosa? Porque Dios está allí. Los cielos son los cielos porque Dios está allí. El infierno es el infierno porque Dios no está allí. Por tanto, cuando la presencia de Dios es real allí, entonces el testimonio de Dios también debe ser real.

Este es el deseo de Dios: habitar en medio de su pueblo. ¡Gracias a Dios por eso! Entonces, porque él está habitando en medio de ellos, tenemos el templo de Dios y tenemos la ciudad de Dios. Eso significa la presencia y el testimonio de Dios en el Antiguo Testamento. Sin embargo, el pueblo de Dios falló en el Antiguo Testamento. Ellos adoraron ídolos; no fueron fieles al Señor. Dios les dijo: «Voy a salir de vosotros. Yo soy santo, por eso ustedes tienen que ser santos». Dios sólo puede habitar en medio de un pueblo santo. Cuando nosotros estamos sucios, cuando estamos en pecado, cuando estamos en la carne, ¿cómo puede Dios habitar entre nosotros?

Supongamos que usted comparte su habitación con un amigo. Supongamos que su amigo es muy limpio, extremadamente limpio. Si usted va a vivir con él, usted va a sufrir. Usted sufre porque él es muy aseado. Pero él también va a sufrir porque usted es muy descuidado.

El hermano Watchman Nee conoció una pareja, en que la esposa era muy aseada, pero el marido era muy desordenado. Un día el hermano Watchman Nee visitó esta familia, y, para su sorpresa, la casa era un caos. Todo estaba fuera de lugar. Entonces el hermano Nee preguntó: «¿Qué pasó aquí?». El marido le dijo: «Estoy muy contento, porque mi esposa fue a casa de su madre por una semana, así que esta semana para mí es un cielo. Yo no soporto todo en orden, todo limpio». Así que puso todo en desorden. «¡Por una semana yo tengo mi cielo particular!», decía. Entonces el hermano Nee preguntó: «Entonces, ¿por qué te casaste?». Él dijo: «Yo no sabía esto». Antes de casarse todos fingen ser ángeles. Uno nunca sabe cómo es el otro; solamente cuando te juntas a vivir bajo el mismo techo, y habitan juntos, entonces tú entiendes.

Dios dijo: «Yo soy santo, por eso ustedes tienen que ser santos». ¿Qué ocurrió? Que un día el pueblo de Israel no se mantuvo en santidad. De acuerdo con Ezequiel, el profeta, la gloria de Dios se empezó a retirar. Y gradualmente vemos que la gloria pasó del Lugar Santísimo hasta la puerta, y después se fue al Monte de los Olivos, y de allí ascendió hacia el cielo. Y desde aquel tiempo en adelante, Dios pasó a llamarse «el Dios de los cielos». Si usted lee el libro de Daniel verá que él es «el Dios de los cielos», no más el Dios de los cielos y de la tierra. La gloria ya no está más allí; el templo es como cualquier otro edificio. Ahora, Dios desea salvar al pueblo de Israel de la presunción –Presunción significa que alguien piensa que es espiritual–. Cuando tenemos el templo sin gloria es como un edificio cualquiera, y Dios permitió que no quedara piedra sobre piedra. Es lo que ocurrió con el pueblo de Israel en la historia de Israel.

Ahora, cuando la realidad se fue, cuando la presencia de Dios se fue, él permitió que Nabucodonosor quemara toda la ciudad. Eso fue lo que ocurrió. Y cuando Jeremías vio todo ese escenario, de alguna forma el fuego también cayó en sus huesos, y él lloró. El libro de Lamentaciones es el registro de un profeta que llora. Cuando él vio la condición de Israel, no solamente vio la ciudad; en verdad, con el trasfondo de la ciudad y del templo está estampada toda la tragedia del pueblo de Israel. Por esa razón, Jeremías lloró sobre Jerusalén. Pero recuerden, hay alguien que es mayor que Jeremías.

Nuestro Señor preguntó a sus discípulos: ¿Qué piensan las personas de mí? Y uno de ellos respondió «Jeremías». ¿En qué se asemeja nuestro Señor a Jeremías? La última vez que nuestro Señor entró a la ciudad de Jerusalén, cuando vio la ciudad, la Biblia dice que nuestro Señor lloró sobre Jerusalén: «Jerusalén, Jerusalén, cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos. Yo lo deseé, pero tú no quisiste».

Si estudiamos la porción de Mateo capítulo 23, los eruditos de la Biblia dicen que esta porción tiene una estructura poética. No solamente es poesía, tiene también la forma de una lamentación. Ahora entendemos, ¡nuestro Señor también lloró sobre Jerusalén! Esto es lo que en verdad ocurrió. Pero, ¿qué nos enseña esto? Sabemos que luego que nuestro Señor murió por nosotros en la cruz y resucitó y ascendió a los cielos, y el Espíritu Santo vino a la tierra, entonces la iglesia nació. Ahora, hermanos, en la iglesia encontramos la presencia de Dios. Por eso Pablo dice: «Ustedes son el templo de Dios». Eso significa que, a través de la iglesia de Dios hoy, la presencia de Dios ha sido traída a este mundo. No importa dónde usted esté –si en Temuco, Santiago, o cualquier otro lugar–, cuando nos reunimos juntos, traemos la presencia de Dios allí. ¿Cómo sabemos que la presencia de Dios está allí? Porque el Nombre de Dios está allí, y la gloria de Dios está allí.

Dios está deseoso de habitar en medio de su pueblo. Sin embargo, tenga cuidado, no crea que porque fue iglesia alguna vez, siempre será iglesia. Es lo que ocurrió con la iglesia en la época del oscurantismo. Es lo que ocurrió en el tiempo de Nabucodonosor. Ellos dijeron tres veces: «Este es el templo de Dios». Pero, hermanos, cuando la gloria se ha ido, el templo es como cualquier otra estructura; Dios va a permitir que no quede piedra sobre piedra. Esto es por el amor de Dios, porque Dios desea que la apariencia exterior y la realidad sean lo mismo.

Cuando nosotros nos reunimos juntos como iglesia, la gloria de Dios está aquí, la casa de Dios está aquí; entonces tenemos el testimonio de Dios. Jerusalén representa el testimonio de Dios. Las personas veían solamente a Jerusalén; el mundo sólo ve el testimonio. Como iglesia tenemos que hacer la presencia de Dios conocida para el mundo. ¿Pero qué ocurre hoy, en general? Si somos honestos, vamos a reconocer que la iglesia de Dios, en general, está casi como Jerusalén en el tiempo de Lamentaciones.

Cuando la iglesia está en ruinas, cuando el testimonio de Dios ya no está más ahí, ¿quién está llorando? Nuestro Señor está llorando. Ahora entendemos, hermanos y hermanas, por qué necesitamos del Salmo 119. La razón es muy sencilla. Si en verdad oímos el lloro de nuestro Señor, conocemos la tragedia de la iglesia. Si en verdad oímos el lloro del Señor, y si nos ponemos al lado de él, si simpatizamos con nuestro Señor, si decimos «yo quiero ser uno con el Señor», entonces vamos a llorar con él. Así, ¿por qué Lamentaciones? Gracias a Dios, Jeremías dijo que –después de 70 años– Dios iba a traerlos de vuelta a Jerusalén; saldrían de la destrucción a la reconstrucción. Este es el amor de Dios.

Por eso, no critiques a tus hermanos y hermanas. El hecho de que todo estaba destruido no significa que Dios abandonó su obra y su pueblo. ¡Al contrario, Dios, en su amor, va reconstruir lo que fue destruido! Por esa razón, algunas personas tienen que volver hacia Jerusalén. Sin embargo, sólo 50.000 personas volvieron a Jerusalén; los demás permanecieron en Babilonia. Pero, ¡gracias a Dios por aquéllos! Como Esdras, que nació en Babilonia, él no tenía ningún motivo para volver, porque el futuro de la generación más joven estaba en Babilonia. Antes del cautiverio, los israelitas eran los mejores agricultores del mundo, y después que estuvieron en el cautiverio en Babilonia, se convirtieron en los mejores comerciantes del mundo. Desde entonces, los judíos construyeron un gran imperio invisible en este mundo. Aunque esas 50.000 personas –como Esdras y esa generación más joven– no tenían una conexión emocional con Jerusalén; mas, de alguna forma Dios trabajó en Esdras, y ellos retornaron a Jerusalén.

Esdras estaba haciendo dos cosas: estaba intentando hermosear aquel templo, y segundo, estaba recuperando la Palabra de Dios. Ahora, hermanos, ¿por qué tenemos que conocer la Biblia? Algunos dicen: «Algún día yo quiero ser un gran erudito, como G. Campbell Morgan, o como J. N. Darby, o como Martín Lutero». Hermanos y hermanas, gracias a Dios, el Señor puede usarte a ti como a Martín Lutero. El Señor puede usarte a ti como a G. Campbell Morgan. Si estudias la Biblia, y entras en la cosecha de la Palabra, puedes hacerte conocido, no sólo en Chile, sino internacionalmente; entonces te volverás un erudito, un maestro de la Biblia. ¡Eso es muy posible! Pero ¿es esa la motivación correcta para estudiar la Palabra?

Hermanos y hermanas, Dios nos ha dado su Palabra con un trasfondo: ¿Has oído el llanto del Señor? ¿Has visto que la iglesia hoy está en ruinas? El Señor necesita de la generación más joven, como Esdras. Aunque ellos no habían visto Jerusalén, ellos retornaron a Jerusalén. Y gracias a Dios, a través de Esdras, nosotros tenemos los 39 libros del Antiguo Testamento.

¿Cuál es la razón por la cual tenemos el Salmo 119? Creemos que Esdras es quien reunió el Salmo 119. La Palabra de Dios fue restaurada. Antes había solamente una palabra aquí, otra palabra allá. Cuando uno está en una clase de Biblia en el campus universitario, descubre algo aquí, algo allí. Ahora, si en verdad Dios tiene misericordia de nosotros, seremos capaces de ver la Palabra de Dios como un esbozo general, porque ahora los 39 libros juntos son uno. Ahora ya no tenemos más un retazo de revelación aquí, otro poco allá, fragmentada. Tenemos la revelación total. ¿Cómo podríamos ver todo como una unidad completa? Ahora entendemos. Si uno en verdad conoce Lamentaciones, es bendecido por el Señor; entonces, va a volver a Jerusalén. Dios desea utilizarte a ti para la recuperación de su testimonio. ¡Cuán importante es la generación más joven!

Ahora, ¿por qué Esdras volvió? Esdras volvió, no para sí mismo, él volvió por la voluntad de Dios. Hermanos y hermanas, esto hace la gran diferencia. ¿Tú estudias la Palabra de Dios porque deseas ser un gran erudito, o porque deseas revelación de la voluntad del Señor? Esto es muy importante. Es por eso que tenemos Lamentaciones. Aún hay muchas personas que están en Babilonia hoy; aún están en la confusión, aún no conocen la voluntad de Dios. Sólo cuando estemos llenos de la Palabra de Dios, entonces el Señor va a hacer su obra de restauración.

 

Fragmento del Libro:

Entrando en las riquezas de la Palabra
Christian Chen

http://www.gabitogrupos.com/VIDAS_EN_CRISTO/general.php



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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Dios es mi paz Enviado: 22/12/2010 02:04
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Gracias Ethel!! Que lindo verte, un abrazo!!
Araceli

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: mujervirtuosa8 Enviado: 22/12/2010 03:14
 
 


 
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