Las palabras son recipientes de poder, sea creativo o destructivo.
Las palabras escogidas de manera apropiada en realidad pueden cambiar las vidas para mejorarlas.
Hay un uso correcto y un uso incorrecto de la boca.
Nuestras bocas deberían pertenecer al Señor y deberiamos disciplinar lo que sale de ella.
Mateo15.11 afirma que no es lo que entra por la boca lo que nos contamina, sino lo que sale de ella.
Deberíamos hablar sus palabras y usar nuestra boca para sus propósitos.
Prov.4.24 dice: Aleja de tu boca la perversidad ,aparta de tus labios las palabras corruptas".Esta escritura nos enseña a disciplinar nuestro hablar. Ninguna cosa contraria a la Palabra de Dios debería escaparse de nuestros labios.
La Biblia dice que ningun hombre puede domar la lengua. Por lo tanto, necesitamos la ayuda abundante del Espiritu Santo para tener la victoria en esta area.
Le recomiendo que ore diariamente: "Señor,que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean gratas delante de ti". Y con el salmista David, ore que Dios guarde su camino, para no pecar con su lengua (vea Salmo 39.1). Joyce Meyer