¡Hola desde Dakar!
Recién hoy lunes tenemos la posibilidad de enviarles nuestro primer
mensaje desde África, de modo que les hacemos un apretado resumen de los
primeros días:
Como saben, el viernes pasado a las 18: 30 hs. salimos de Buenos
Aires con primera escala en Johanesburgo, Sudáfrica. Allí pasamos las primeras
experiencias nuevas; el vuelo transocéanico de alrededor de 10 horas nos
trastocó el sueño, ya que llegamos a la 03,00 AM Argentina, pero en Sudáfrica
eran las 08,30 hs. De modo que práticamente no dormimos, pero además teníamos
que esperar en ese aeropuerto hasta embarcar en la próxima escala a las 17:00
hora local. De modo que ese corrimiento en el tiempo de sueño no lo hemos
recuperado (especialmente Héctor) hasta hoy (despierto de noche hasta tarde y
como tenemos que madrugar, con sueño durante toda la jornada). Dice Jerónimo,
que ese período de adaptación entre el horario corporal y el local, lleva 3
días.
Johansburgo es por lo que vimos un aeropuerto utilizado como una de las
puertas de entrada a todo África y Asia, de modo que había gentes de todos los
colores, etnias y nacionalidades. (Cada uno vestido con sus ropas típicas y con
sus costumbres propias. Pasamos alli 10 horas, conviviendo con africanos de
todos los países, indúes, chinos, japoneses, alemanes y todos los
etc.)
El domingo llegamos a las 00,15 hs locales al aeropuerto de Dackar.
Enorme la emoción de los dos, ya que hacía 3 años que soñábamos con Senegal.
Estábamos aconsejados para que Adriana no vistiera irrespetuosamente
con las costumbres locales, por lo que llevaba una pollera hasta los pies y el
pelo cubierto bajo un pañuelo y un chal.
Nos desencontramos con la persona que debía recogernos, por lo que nos
vimos en un mundo totalmente desconocido y con enormes problemas de comunicación
(sobre todo Héctor) con el francés de policías y personal de inmigración. Al
tomar el equipaje salimos a encontranos con Jerónimo, pero tras una baranda
metálica y en plena oscuridad no podíamos distinguir rostros (alrededor de 400
personas, todos de piel negra). Finalmente un policía local nos ayudó a ubicar a
nuestro compañero, con su teléfono celular personal. Él estaba en medio de la
multitud.
Senegal es otro mundo. “Es África” nos dicen todos permanentemente.
Otras costumbres, otros códigos, otro estilo de vida.
4 veces al día (el primero a las 05,30 AM) una serie de altoparlantes
en toda la ciudad anuncian el llamado a orar para los musulmanes, que
representan en la capital un 90% de la población, seguidos por una minoría de 5%
de católicos y el resto de otras religiones.
Hemos tenido reuniones importantes con líderes cristianos de distintas
partes de África dedicados a la tarea misionera ya que estamos en una serie de
apartamentos para cristianos en tránsito de distintas nacionalidades.
También hermosas charlas con Jerónimo, el varón del matrimonio que
sirve misioneros de tiempo completo en la aldea donde iremos. El estar
trabajando en Mali y Senegal desde hace 18 años le da una experiencia de
misiones entre musulmanes que es realmente única.
Mañana martes partimos por vehículo terrestre hacia la aldea donde
estaremos 7 semanas. Tenemos un viaje de 14 hs. Allí seguramente podremos
comunicarnos nuevamente con un segundo mensaje. Hemos comprado ropa africana
para Adriana y Héctor, que comenzaremos a vestir mañana mismo porque es
comodísima. Eso nos permitió pasar 4 horas en el centro de Dackar, y lo más
cercano que podemos decir es ¡guau!. Dificil de contar por mail.
Espiritualmente se han dado momentos también intensos, ya que Jerónimo,
un lider Sudafricano, Adriana y Héctor hemos orado desde el sitio más alto (un
monumento) de la ciudad, bendiciendo el lugar y declarándolo ABIERTO PARA
CRISTO. Nos quebramos, porque había presencia de Dios en medio de nosotros. Todo
Dackar estaba siendo cubierto con la oración de los cuatro, en 3 idiomas
distintos.
También allí oramos bendiciendo a dos moros de piel blanca mauritanos,
que curiosamente permitieron que lo hiciéramos (Jerónimo nos traducía). También
en la ciudad, en pleno centro, hemos repetido la experiencia con distintas
personas, todas musulmanas. Los bendecíamos a ellos, a sus familias, en nombre
de Jesús. Todo esto no deja de resultar fuerte, ya que lo hacíamos en voz alta
siendo traducidos permanentemenete.
Hemos tomado alrededor de 60 fotografías, que seguramente se
multiplicarán. Una vez que estemos en la aldea veremos la mejor forma de poder
reproducirlas para que puedan verlas.
Por favor sigan orando por los matrimonios misioneros de tiempo
completo que trabajan en el lugar, por nosotros y por el resto del equipo de
argentinos que viajarán el 01/2. Todos los demás son jóvenes de menos de 30 años
y para algunos de ellos será la primera experiencia de vuelo internacional.
Muy conmovidos por la experiencia que vivimos, nos despedimos y los
abrazamos.
¡Hasta pronto desde la Aldea del Río!
ADRIANA Y HECTOR SPACCAROTELLA