LOS NIÑOS Y LAS MASCOTAS
Un perro u otro animal conllevan una serie de obligaciones como son sacarlo a pasear, cepillarlo y alimentarlo entre otras cosas, y es normal que al principio el niño quiera hacerlo todo él solo sin ninguna ayuda. Pero con el tiempo el animal puede no tener para el niño el mismo interés y quien tiene que cuidarlo es la persona que quizás no quería mascotas. Tenemos que tener en cuenta esta posibilidad antes de comprar cualquier animal de compañía sabiendo que hay otros animales como los gatos y los pájaros que no necesitan tantos cuidados.
Los niños quieren tener un animal en casa porque lo ven como un juguete más pero que se mueve y hace cosas por sí mismo. Tenemos que enseñar a nuestros hijos a tratar a los animales con cuidado y respeto haciéndoles ver que un perro o un gato no son un juguete sino que necesitan cuidados como ellos.
Cuando decidimos tener una mascota, hay que hacer partícipes a nuestros hijos para que también se sientan responsables del cuidado del animal y no simplemente se dediquen a jugar con él cuando estén aburridos. Estas nuevas tareas conseguirán que los niños se sientan importantes y útiles en el ámbito familiar, ya que les permitirán demostrar a sus padres que son responsables.
La convivencia con animales de compañía es muy positiva para los niños por los siguientes motivos:
Estimula la afectividad del niño.
Genera actitudes de responsabilidad (tienen que sacarlos a pasear, darles de comer…).
Ayuda a que los niños sean más sociables.
Potencia la sensibilidad del niño.
Muchos padres tienen miedo por la posibilidad de contagio. Si al animal se le desparasita, se siguen las pautas de vacunación y nosotros tenemos una correcta higiene personal (nos tenemos que lavar las manos después de haber jugado con nuestra mascota) no existe peligro de contagio. Tenemos que tener en cuenta que si esto se produce es porque no le damos los necesarios cuidados a nuestro animal de compañía.
Los cuidados que precisan nuestras mascotas son: en el caso de los perros sacarlos a pasear dos o tres veces al día, bañarlos una vez al mes, vacunarlos, alimentarlos, cambiarles el agua, cepillarles el pelaje cada semana, aplicarles repelentes insecticidas una vez al mes y desparasitaciones intestinales cada tres o cuatro meses. Parece un trabajo excesivo pero teniendo en cuenta que una mascota puede ser algo muy gratificante tanto para los niños como para los adultos, estos cuidados merecen la pena
|