¿TU DICES YO TE AMO?
Dos hermanitos jugaban en frente de la casa, jugando bolitas. Cuando Julio, o chico más pequeño, dice a su hermano Ricardo:
¡Mi querido hermano, yo te amo mucho y nunca me quiero separar de ti!
Ricardo pregunta:¿Y que te pasa a ti?¿Que hablas de esa cosa de amar?
Y los dos continuaron jugando la tarde entera hasta anochecer.
A la noche, el señor Jacó, padre de los dos niños, llego del trabajo. Estaba muy mal humorado, pues no había cerrado un negocio importante...
Julio sonrió a su padre y le dice:¡Hola Papi, yo te amo mucho y no quiero nunca separarme del ti! Jacó, no sale de su mal humor dice: Julio estoy exhausto y nervioso. Entonces, no me vengas con bestialidades
Con las palabras ásperas , Julio quedo triste y fue a llorar a un rincón de su cuarto. Doña Joana, madre de los niños, fue a buscarlo por la casa, hasta que lo encontró con los ojitos llenos de lágrimas. Espantada, comenzó a secar las lágrimas del hijo. Y le pregunto:¿Que pasa Julio? Por que lloras?
Julio miro hacia su madre, triste y le dice: Mamita, yo te amo mucho y no quiero nunca separarme de ti! Joana sonrió a su hijo:!Mí amado hijo estaremos siempre juntos!
Julio sonrió, dio un beso a su mama y fue a acostarse
A las dos de la mañana, Julio va al cuarto de su hermano Ricardo
Ricardo, incomodado con la claridad, y grita a Julio:¿Eres loco apaga esa luz y déjame dormir?
Julio, en silencio, se dirigió al cuarto de sus padres… encendió la luz y se quedo observando a su padre y a su madre dormir. El señor Jacó despertó y pregunto a su hijo:¿Que sucede Julio? en silencio, solo balanceo la cabeza en señal negativa, respondiendo al padre que nada había ocurrido.
A la mañana siguiente todos se levantaron temprano.
Pero Julio no se levanto. El señor Jacó, muy irritado con Julio, entra al cuarto del niño y grita: Levantase bandido vagabundo!!! Julio ni se movió.
Jacó avanza hacia el niño y tira con fuerza el cobertor, cuando percibe que Julio estaba con los ojos cerrados, y que estaba pálido.
Jacó, asustado, coloco la mano sobre el rosto de Julio y puede notar que su hijo estaba helado. Desesperado, grito, llamando a su esposa y a su hijo Ricardo... Infelizmente lo peor. Julio estaba muerto. Doña Joana, desesperada, abrazo a su hijo muerto y no conseguía ni respirar de tanto llorar. Ricardo, desconsolado, tomo firme la mano del hermano y llorando.
Jacó, entonces, tomo el pequeño pedazo de papel. Y había algo escrito con la letra de Julio.
“La otra noche Dios vino a hablar conmigo en un sueño. Me dice que a pesar de amar a mi familia y que ella me ama, tendríamos que separarnos.
Yo no quería eso, pero Dios me dijo que era necesario. No se lo que va a acontecer, pero estoy con mucho miedo. Me gustaría que quedase claro apenas una cosa:
Ricardo, no te de vergüenza de amar a tu hermano.
Mama, eres la mejor mama del mundo.
Papito, el señor que de tanto trabajar se olvido de vivir.
Yo los amo a todos ustedes!!!!
Cuantas veces no tenemos tiempo para parar y amar, y recibir el amor que nos es dado? Talvez cuando despertemos pueda ser demasiado tarde.
¡Pero aun hay tiempo!
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