Ministerio

“Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida preciosa para mí mismo con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la Gracia de Dios”. Hechos 20:24 "

Esto sí que es tener bien claro el propósito de su vida, luego de su encuentro con Jesucristo. Pablo sabe que su vida no le pertenece más a él. Está feliz de haber depositado su confianza en el Señor y ahora deja que el Señor maneje su vida, sabiendo que lo que Dios haga será lo mejor para su vida. ¡Cuántas experiencias le ha tocado vivir antes de conocer a Cristo que con todos los poderes conferidos no le daban la paz ni la seguridad ni el gozo ni la esperanza que ahora Cristo le brindaba!.

Nada se compara con lo que Dios le ha dado. Los años han pasado ha sido perseguido, insultado, ha sufrido agravios de todo tipo y sin embargo dice: “de ninguna cosa hago caso”, no importa lo que me hicieron, no me lo hicieron a mí, se lo hicieron al Señor. “Ni estimo mi vida preciosa para mí mismo”, mi vida es lo que es, por la misericordia de Dios y la Gracia de Dios y si es preciosa para Dios, para mí esta bien, parece decir Pablo. Pero lo que yo quiero es “acabar mi carrera con gozo”, sabiendo que fui obediente a Dios, que corrí mi carrera legítimamente, tratando de agradar a Dios. ...“Y el ministerio que recibí del Señor”, Pablo era consciente del ministerio que Dios le había entregado, y nadie lo iba a convencer de lo contrario, podría aparecer como cabeza dura, quizás para algunos, pero para Dios eso era obediencia.

El, Pablo lo había recibido del Señor y por mas que los hombres hicieran, no iban a cambiar su ministerio, él era responsable al Señor. “Para dar testimonio del Evangelio de la Gracia de Dios”. Pablo era un testigo del Evangelio de la Gracia de Dios y debía dar testimonio. Toda su carrera, todo su ministerio, era dar testimonio del Evangelio de la Gracia de Dios.

El era consciente de todo lo que el Señor le había perdonado, por esa Gracia, ese amor no merecido de parte de Dios y se había transformado en el proclamador de esa Gracia a la que el hombre tiene acceso solamente a través de Jesucristo. Qué gozo poder finalizar su carrera en este mundo, cumpliendo el ministerio del Señor Jesús.

¡Señor, ayúdame a cumplir mi ministerio y terminarlo con gozo como Pablo lo hizo!.