Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Fraternalmente unidos
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 Normas de convivencia en el grupo-- 
 Lee la Biblia aquí! 
 Biblia en Power Point 
 Conoce tu Biblia 
 La Biblia en ocho versiones 
 Recursos Teológicos 
 Estudios biblicos 
 Reflexiones- Hernán 
 Selección de pasajes Bíblicos- por Hernán 
 Biografías de hombres de la Reforma protestante- Por Hernán 
 Arqueología Bíblica (por Ethel) 
 Reflexiones 
 Jaime Batista -Reflexiones 
 Tiempo devocional-Hector Spaccarotella 
 Mensajes de ánimo--Por Migdalia 
 Devocionales 
 Escritos de Patry 
 Escritos de Araceli 
 Mujer y familia- 
 Poemas y poesias 
 Música cristiana para disfrutar 
 Creaciones de Sra Sara 
 Fondos Araceli 
 Firmas hechas-Busca la tuya 
 Pide Firmas 
 Regala Gifs 
 Libros cristianos (por Ethel) 
 Panel de PPT 
 Amigos unidos-Macbelu 
 Entregas de Caroly 
 Regala Fondos 
 Texturas p/ Fondos 
 Separadores y barritas 
 Retira tu firma 
 Tutos 
 Tareas HTML 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 
 
  Herramientas
 
General: EXALTAMOS EL NOMBRE DE JESUCRISTO NUESTRO SE☼OR
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: mujervirtuosa8  (Mensaje original) Enviado: 15/06/2011 00:24




 

Alguien que está leyendo este mensaje, necesita que Jesús lo toque. Cuando el Señor ministró aquí en la tierra, él sanaba y restauraba a los afligidos con simplemente tocarlos. Cuando Jesús tocó a la suegra de Pedro, “la fiebre la dejó”. Él tocó el féretro de un joven muerto y éste volvió a la vida.
Él tocó los ojos de los ciegos y ellos pudieron ver. Él tocó el oído de un sordo y éste pudo oír. Padres trajeron sus hijos a Jesús “para que los tocara”. Su suave toque cambió todo. Multitudes trajeron a sus enfermos,y Jesús se dio tiempo para extender su mano, tocarlos y sanarlos.
Si usted verdaderamente conoce al Señor íntimamente, usted ha conocido y ha sentido el toque de la mano de Jesús. En momentos de soledad, en tiempos de desánimo, en tiempos de confusión, en tiempos tan dolorosos e inciertos, usted clamó desde lo profundo de su alma: “Señor Jesús, necesito tu toque.
Necesito sentir tu presencia. Ven Jesús y toca mi alma sedienta.”
Algunos necesitan el toque de Jesús sobre sus mentes. Satanás ha venido junto con sus malvados principados para molestar y sobrecargar su mente con pensamientos infernales – pensamientos de incredulidad, pensamientos que no nos hacen como Cristo, pensamientos de temor, pensamientos de baja estima, pensamientos de que estamos desagradando a Dios. Los creyentes honestos le dirán a usted que ellos han experimentado estos ataques en sus mentes.
Satanás está decidido a destruir nuestra fe y dependencia del Señor.
En las Escrituras, el toque de Jesús vino en respuesta a un clamor. No hay evidencia de que él alguna vez haya rechazado un clamor. Y él no le dará la espalda a su clamor, sino que responderá misericordiosamente a su necesidad.
En Mateo 8, nosotros leemos sobre un leproso el cual vino a él diciendo,“Señor, si quieres, puedes limpiarme.” Jesús extendió su mano y lo tocó diciendo, “Quiero; sé limpio.” “Y al instante su lepra desapareció”.
Hoy busque un lugar a solas con Jesús y dígale lo que el leproso le dijo: “Señor, tú puedes. Límpiame.” Luego esté a la expectativa de que aquél que no hace acepción de personas lo tocará y lo sanará en mente, cuerpo, alma y espíritu. El brazo del Señor está extendido hacia usted, pero él espera por aquél clamor de necesidad, ese clamor por ayuda que también es un clamor de expectativa.
“Y los Egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre. Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión; y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido,
con grande espanto, y con señales y milagros; y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel” (Deuteronomio 26:6-9).


Fuente : David Wilkerson
ESTE ES MI REY JESUCRISTO
NO HAY NADIE COMO EL.














Primer  Anterior  2 a 3 de 3  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: LEO-MARI Enviado: 15/06/2011 00:34
Jesucristo es el único
 
que sana y salva.
 
A él, por él y en él, todo honor
 
y toda gloria por los siglos
 
de los siglos, amén.
 
Bendiciones
 
LEONOR

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Dios es mi paz Enviado: 16/06/2011 22:26


 

Muy buenas noches amiga!!

Dios te bendiga y que
descanses muuuucho!!
 
  
 


 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados