Desde que comenzamos una Nueva Vida, debemos fijar nuestra visión en las cosas que pertenecen al cielo, donde està Cristo sentado a la diestra de Dios en el lugar de Poder y Honor.
Permite que el cielo llene tus pensamientos, no pienses solo en las cosas de la tierra. Pongamos la mira como el que apunta en tiro al blanco, todo lo que hagas que sea enfocando al objetivo de tu vida. La distracción hace que erremos al blanco.
Muchas veces nos permitimos distracciones en las cosas pasajeras de la vida por ganar un poco mas de dinero, por tener una mejor posición social, por mostrar una mejor casa, por tener el mejor automóvil, por aparentar, como si con ello estarìamos satisfaciendo el objetivo de nuestra vida. No significa esto que Dios no quiera estas cosas, pero sì que ellas no deben ocupar el primer lugar.
Desde que creìmos en el Señor, La Biblia dice que hemos muerto, y nuestra vida està escondida con Cristo, o sea que cada vez que vamos a hacer algo es Cristo quien lo hace, nuestros deseos y ambiciones, deben estar sujetos a El, a lo que sea su voluntad, que nosotros hagamos o digamos.
Esa serà la manera de agradarle, dice en I Juan 3:22 que las respuestas a nuestras oraciones estàn aseguradas “si buscamos Su Palabra y hacemos las cosas que son agradables delante de El”. Entonces veremos manifestarse a Jesús a travès de los resultados de su accionar.
Su Gloria se manifiesta cuando vemos que nuestra vida cambia, porque nuestras actitudes y conductas estàn regidas por El. Entonces el fruto del Espíritu se manifiesta y donde habìa intolerancia, ahora hay paciencia y donde habìa odio, ahora hay amor. Cuando otros vean el resultado, cambiaràn y nosotros seremos parte de ese cambio.
¡Ayúdanos Señor para que “Seamos manifestados en Cristo”.
“Si pues habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde està Cristo sentado a la diestra de Dios, poned la mira en las cosas de arriba y no en las de la tierra, porque habéis muerto y vuestra vida està escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros tambièn serèis manifestados con El en Gloria”. Colosenses 3:1-4