Según el diccionario: arte quimérico de la transformación de los metales.

Según mi diccionario espiritual: arte verdadero de transformar todo lo malo en bueno.

Transformar es igual que renovar.

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En la vida cotidiana, muchas veces llena de amarguras, infortunios, ofensas y golpes emocionales, me esfuerzo en transformar todo aquello que es negativo, en positivo, lo amargo en dulce, desgracia en felicidad, ofensas en amabilidad.

Voy transformando con paciencia y mucho amor el daño en "oro", sintiendo siempre que en lo profundo llevo una piedra filosofal, un laboratorio de fuerza, y eso es Alquimia Espiritual Verdadera, cambiando por " piedras preciosas" humillaciones, ofensas y críticas.

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"Y renováos en el espíritu de vuestra mente y vestíos del nuevo hombre creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad." ( Efesios, 4:29).

Aquí el apostol Pablo nos pide que nos renovemos, que nos transformemos despojándonos de la vieja personalidad pecadora, y revestirnos de otra totalmente diferente, que como dice la Biblia va haciéndose nueva mediante el conocimiento exacto.

Y es aquí donde aplico la Alquimia Espiritual, siempre con la ayuda de la fuerza activa de Dios: el Espíritu Santo y su poder que habita en mi, voy transformando mis pensamientos, palabras y obras.

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No importa cuánto me esfuerce por actuar bien, hay momentos en que la tendencia pecadora que todos los seres humanos heredamos de Adan y Eva, me hace pecar, pero en el acto, transformo o renuevo, que es lo mismo, con alquimia, no sólo lo mio, sino también todo lo malo que recibo de otros.

" Nos maldicen, y bendecimos, nos calumnian y respondemos con persuaciones." ( 1Corintios, 4:12-13).

" Echad fuera la levadura añeja, para que seas masa nueva." ( 1Corintios, 5:7).