LA IMPORTANCIA DEL ESTIMULO
Todos
necesitamos alguna muestra de aprobación para seguir con nuestros
afanes diarios. Un estímulo es un reconocimiento, un visto bueno, una
muestra oportuna de afecto que vuelve a engendrar el entusiasmo inicial
que se fue perdiendo en la rutina diaria del esfuerzo. Hay palabras,
gestos, encuentros indispensables en la convivencia. Son mínimos, pero
esenciales; fugaces, pero se recuerdan, tan económicos como
indispensables. Sin embargo, no abundan en nuestra sociedad; mas bien
son interpretados como signos de debilidad, una forma de ceder en el
combate interminable de las exigencias. ¿Por qué seremos tan mezquinos
con estas gratificaciones que nada cuestan y siempre queremos recibir?
¿Quiere usted cambiar el clima humano en su ambiente laboral, familiar,
deportivo? Le ofrezco una iniciativa muy simple para que la aplique e
investigue sus consecuencias: cada vez que pida algo a alguien diga "por
favor" y mencione su nombre. Cuando obtenga lo que ha pedido, no olvide
decir "muchas gracias". No se trata de memorizar el procedimiento que
recomiendo, se trata de aplicarlo, pues si no carece de todo valor.
Una
importante vaquería de Argentina adquirió en la Exposición Rural una
vaca lechera extraordinaria, hermosa, de fabulosa producción diaria. El
magnífico ejemplar, un caso único, durante años brindó abundante y
excelente leche, pero un día no dejó caer ni una sola gota de su
generoso y robusto cuerpo. Los vaqueros, preocupados, consultaron a los
veterinarios más calificados y todos fracasaron. La vaca dejó de dar su
excelente leche. Desconsolados, los productores pidieron ayuda a un
campesino del lugar famoso por su criterio y sencillez. El experimentado
hombre de campo, que había conocido muchas vacas en su vida, pidió
"conversar" a solas con el animal. Todos, desde lejos, lo vieron
hablarle al oído durante cinco minutos. Terminada su conversación, el
buen hombre anunció que ya estaba superado el problema, por ahora... La
vaca volvió a ofrecer su mejor leche y abundante, como lo había hecho
siempre. Todos querían saber los secretos de la técnica y acosaron con
preguntas al sabio ordeñador. El hombre humildemente, respondió: -Saben
lo que ocurre, que hace diez años que le aprietan las tetas y nunca
nadie le dijo: "Te quiero".
Es
tan frecuente sentir diariamente que nos oprimen con fuerza por algún
lado, sin recibir nunca un pequeño estímulo gratificador....
A-D
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