Meditación breve
No es posible definir la vida sin la muerte.
Cuando la vida está guiada por un ideal
no hay que temer a la muerte.
Hace algún tiempo, un explorador
de la antártica, sabiendo que moriría
congelado, escribió desde los hielos
del Polo Sur a su esposa:
"Siéntete feliz; nosotros somos parte
del gran proyecto dispuesto por Dios.
Nos encontraremos después de la muerte".
La raíz del temor a la muerte es
el temor al dolor y la angustia de dejar
a quienes amamos y cuanto nos ata
a este mundos, pero también lo es el
miedo a lo desconocido.
Deberíamos saber saltar hacia el
extraño mundo de la muerte, como lo
hicimos al de la vida en el nacimiento,
especialmente porque al morir tenemos
la ventaja de haber realizado alguna
obra, de haber tenido amor, recuerdos.
En el Oriente se enseña a las personas
a saber morir a tiempo, por eso aman la
vida y aman la muerte cuando llega.
Tal como el valor de una moneda se
cifra en gastarla, el valor supremo de
la vida humana se encuentra en saber
perderla a tiempo y con gracia.
Félix Martí